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El opositor venezolano, Henrique Capriles, principal impulsor de poner fin al Gobierno interino que encabeza Juan Guaidó desde 2019 -EFE

El Debate en América

¿Cuenta atrás para el fin de la presidencia interina de Juan Guaidó en Venezuela?

Al partido de gobierno las cuentas no le dan, pero a la oposición tampoco

Dos de los partidos del G4, de los 10 que conforman la Plataforma Unitaria, analizan poner fin al gobierno interino que preside Juan Guaidó desde 2019.

La Comisión Delegada de la Asamblea Nacional del 2015 debatirá su permanencia un año más o planteará sustituirlo por una comisión de legisladores y Guaidó corre el riesgo de perder apoyo de la oposición para el nuevo mandato.

Si esta iniciativa se concreta, el liderazgo opositor habrá creado una peligrosa situación política, de consecuencias predecibles, sobre las posibilidades de aprovechar el espacio político electoral para lograr la transición democrática por la que el país clama.

No hay nada nuevo, solo una escalada de los actores de este desafuero político, que son parte importante de los «líderes» de han venido saboteando la «Hoja de Ruta» de la transición democrática y desafiando el liderazgo de Guaidó

En realidad, no hay nada nuevo, solo una escalada de los actores de este desafuero político, que son parte importante de los «líderes» que han venido saboteando la «Hoja de Ruta» de la transición democrática y desafiando el liderazgo de Guaidó, desde hace años.

Una expresión más del fenómeno que les impide pensar siquiera en el «bien mayor» de la felicidad del pueblo, más allá de sus intereses particulares y ambiciones egoístas.

Sería un crimen renunciar a los espacios políticos o entregarlos, por temor o conveniencia; o un suicidio como lo que se plantea de «cambiar de caballo en medio de un río crecido»

Está claro que entre los líderes opositores falta voluntad política para unirse, por lo que es necesario decir con firmeza que sería un crimen renunciar a los espacios políticos o entregarlos, por temor o conveniencia; o un suicidio como lo que se plantea de «cambiar de caballo en medio de un río crecido»

En tal sentido, el propio Guaidó ha señalado: «El gobierno interino es una realidad constitucional, una realidad producto del vacío de poder que se generó en 2018. EE. UU. acaba de ratificar, nuevamente, el reconocimiento al gobierno interino hasta una elección libre y justa. Ese es el término de nuestro mandato»

El bien común

Por una parte, la dirigencia opositora (no el pueblo opositor), está cosechando las consecuencias del proceso de particularismo que sufre, el cual provocó en su seno una fragmentación y puso de relieve la incapacidad de sus líderes para trabajar por una causa común, discursivamente compartida.

Este fenómeno se nos reveló, entonces, como un quiste socio-psicológico que ha estado siempre allí, instalado en las entrañas de la clase política, pero también en las organizaciones de la sociedad civil.

Así pues, el particularismo dentro de la dirección opositora, borró de la conciencia de sus líderes el concepto de «en la unión está la fuerza» y nos ha conducido a una situación en la cual se ha puesto en juego la oportunidad de utilizar el evento electoral que se avecina, como espacio para el logro de avances en el proceso político de transición hacia la democracia.

Una oposición maltrecha, dividida, con poco liderazgo y demasiados candidatos para un mismo cargo, tiene pocas opciones de triunfo frente a un gobierno envalentonado

Una oposición maltrecha, dividida, con poco liderazgo y demasiados candidatos para un mismo cargo, tiene pocas opciones de triunfo frente a un gobierno envalentonado.

Pero, al mismo tiempo, la profundización de la crisis económica y social con la acumulación de problemas estructurales no resueltos que la caracteriza, junto a la difícil situación internacional en que se encuentra, ha ido minando la eficacia, y a corto plazo, la legitimidad y también el apoyo incondicional de los copartidarios del régimen, hoy inmersos en una encarnizada guerra de intereses.

Al partido de gobierno las cuentas no le dan, pero a la oposición tampoco, lo cual quizás explique la incertidumbre que existe respecto a los posibles resultados del evento electoral. En todo caso, lo que ocurra a partir de ahora frente al anuncio del gobierno (mezcla de amenaza y advertencia) del probable adelanto de las elecciones presidenciales, podría significar un cambio hacia la democracia o la continuidad del proceso de disolución del país.

Campaña de motivación

Por esa razón es imperiosa la iniciativa para impulsar la campaña de motivación, orientación y organización popular como una inteligente y oportuna táctica política; especialmente en vista de la ausencia de un liderazgo opositor que logre definir una agenda y marcar una ruta fundamentada y políticamente viable, en vez de continuar revolcándose en sus propios lodos.

Apelar a esta iniciativa significa convocar a la gente, no a los partidos, para enfrentar los planes del gobierno para mantenerse en el poder como sea.

Por supuesto, todos estamos conscientes de la naturaleza autoritaria del régimen y su poco respeto el estado de derecho, pues ya tenemos bastante experiencia previa.

Vencedores y vencidos

No cabe duda de que una de las principales razones por las que el gobierno sigue allí, avanzando en su propósito de mantenerse en el poder «a paso de vencedores», es porque no existe un liderazgo fuerte, claro, unido en la diversidad política e ideológica de sus componentes, capaz de despertar, canalizar y potenciar el ansia libertaria del pueblo venezolano.

Estamos pues, ante la obligación de ir progresivamente ganando cuerpo y terreno, activando y movilizando a toda la sociedad democrática venezolana, lo cual requiere iniciar desde ya una tarea de pedagogía política que le permita al pueblo, conectar con la sociedad creando conciencia respecto a su potencialidad, sin desestimar el talante del régimen, para acerar el espíritu de lucha y estar en condiciones de lanzar con determinación una acción contundente.

Se trata de aprovechar el espacio político que nos queda para organizar, unificar, movilizar y relanzar la lucha de la sociedad, lo cual pasa por mantener el interinato de Guaidó y la vigencia de la AN del 2015.

Debemos comenzar a actuar ya, pues hemos sido advertidos por el gobierno acerca de su próxima treta. Se trata de aprovechar el espacio político que nos queda para organizar, unificar, movilizar y relanzar la lucha de la sociedad, lo cual pasa por mantener el interinato de Guaidó y la vigencia de la AN del 2015.

Llegada la hora de la confrontación definitiva, que parece aproximarse, debemos estar preparados para encausar toda la fuerza de la sociedad venezolana y de los países aliados, que desea fervientemente provocar un cambio político que abra paso a una transición hacia la democracia que, por los vientos que soplan, está en peligro.