Somnolencia al volante
¿Por qué nos dormimos al volante?
Muchos somos víctimas de la somnolencia cuando nos sentamos al volante, algo especialmente frecuente en los conductores más experimentados, y no es únicamente responsabilidad del conductor
Existe una relación muy estrecha entre el sueño que entra al volante y la confianza en la conducción. Esta actividad que requiere toda nuestra atención hace, sin embargo, que tengamos la mente en completa divagación. Se trata de un problema grave que llega a causar cientos de miles de accidentes y muertos en el mundo.
Pero, ¿por qué se da tal somnolencia mientras se conduce? Muchos echan la culpa a los conductores sin saber que el coche en si mismo también tiene cierta responsabilidad. A pesar de que es necesario haber descansado o incluso ingerir cafeína en algunas ocasiones, la Universidad RMIT en Australia sostiene que las vibraciones del vehículo pueden incitar el sueño incluso en los más despiertos.
«Hemos descubierto que las suaves vibraciones de los asientos del coche mientras conduces pueden calmar tu cerebro y tu cuerpo», respalda Stephen Robinson, uno de los miembros del equipo de investigación. Es un proceso que puede llegar a tardar tan solo 15 minutos. «Vibraciones constantes a baja frecuencias, como las que experimentamos al conducir coches y camiones, nos inducen progresivamente la somnolencia, incluso entre las personas que están bien descansadas».
Estas vibraciones reducen la capacidad del cerebro de mantenerse alerta, lo cual está a su vez afectado por la forma en la que aprende nuestro cerebro a conducir. Cuando uno empieza a conducir parece imposible estar pendiente del peatón que se dispone a cruzar el paso de cebra, las marchas, los pedales y mantener una conversación con el copiloto. Sin embargo, a medida que uno coge experiencia uno consigue conducir de una manera fluida, sin pensar deliberadamente en cada paso.
Automatización de la conducción
Los núcleos basales son una estructuras cerebrales capaces de recibir una conducta aprendida, como la de conducir, que hace que el proceso se vuelva automático. Estos al principio nos permiten conducir de una manera más fluida, sin pensar deliberadamente en cada acción, reciben la información sensorial de los estímulos presentes y de las respuestas que damos hasta que son capaces de encargarse de casi todos los detalles del proceso.
¿Quién no se ha equivocado alguna vez en su trayecto por ir en lo que se conoce como piloto automático? El ensimismarse en tus propios pensamientos reduce el tiempo de reacción de por si, que junto con la somnolencia producida por la vibración reducen el estado de alerta y rendimiento cognitivo.
A pesar de que aquellos conductores con una conducta más automatizada verán mayormente afectados su estado de alerta y rendimientos cognitivo, los conductores noveles pueden experimentar mayor nivel de agotamiento por la gran cantidad de recursos cognitivos y fisiológicos que han de tener puestos en marcha.