La infracción habitual por la que la embajada española en Londres debe más de 2,5 millones de euros en multas

La historia que vamos a relatar a continuación es una clara muestra de que la persecución a la que someten las autoridades a los conductores no es exclusiva de España, ni tampoco el intentar evitar pagarlas... Aunque quizá en este caso la historia es más sonrojante aún porque no afecta a simples conductores, sino que afecta a países, gobiernos y embajadas.

Tal y como conocemos por lo que ocurre en las principales ciudades de nuestro país, los centros urbanos se están blindando al tráfico de vehículos.

Las ciudades se cierran

En algunos casos se prohíbe circular directamente, mientras que en otros lo que se hace es cobrar un peaje o tasas, algo en lo que Londres fue pionera en 2023, cuando puso en funcionamiento un impuesto por congestión.

Como su propio nombre indica, esta tasa de acceso se aplica exclusivamente cuando el tráfico en el interior de la City es muy elevado, entre las 7 de la mañana y las 6 de la tarde, por lo que se trata de disuadir a nuevos conductores de que entren. En este caso hablamos de una tasa de casi 20 euros, aunque la sanción por no abonarla ronda los 280 euros.

Pagar por entrar

En este caso el área de circulación de Londres está persiguiendo legalmente a decenas de embajadas de países extranjeros que han decidido no pagar esta tasa.

Estas embajadas, entre las que se encuentra España, hablan de que la inmunidad diplomática les permite no pagarla, mientras que el Ejecutivo de la city explica que no es un impuesto o tasa, sino que se trata de un servicio del que hacen uso y que, como tal, tiene un coste.

En este caso, la Embajada de España mantiene una deuda de 2,7 millones de euros por estas multas, insignificantes frente a los 17 millones de euros de los Estados Unidos.

En total, el Ejecutivo británico habla de una deuda de casi 150 millones de euros, a lo que habría que sumas los recargos y los intereses por el recargo.

Habrá que ver cómo queda la resolución judicial, pues el caso se encuentra ya en manos de los tribunales y el centenar de países morosos deberá aceptar la sentencia.