La DGT estrena nuevo juguete: así es el radar que multa en los dos sentidos

Conocida popularmente como la Autovía del Cantábrico, la A-8 es una de las autopistas más populares de España con un trazado de 468 kilómetros que recorre casi la totalidad de la costa cantábrica española.

Una carretera que une el País Vasco con Cantabria, Asturias y Galicia y que es muy transitada durante todo el verano. El pasado mes de abril comenzaron las obras para la puesta en funcionamiento de un nuevo radar de tramo.

En pruebas

Recordemos que este tipo de dispositivos son los preferidos por la DGT, pues obligan a los conductores a controlar la velocidad de su coche durante varios kilómetros y no sólo en un punto, como ocurre con los convencionales.

En este caso un repunte de la siniestralidad del 10 % en esta autopista en 2023 ha llevado a las autoridades a tomar la decisión de instalarlo.

Curiosamente, la puesta en funcionamiento de este radar de tramo llega acompañada de una modificación del límite de velocidad en los seis kilómetros que estarán controlados por estos equipos, que pasará de 80 kilómetros/hora a 100 kilómetros/hora.

Sube la velocidad

Las abundantes lluvias que se registran en la zona y la proximidad de la costa hacen que este tramo sea especialmente sensible a las salidas de la carretera y a las pérdidas de control del vehículo en general, pues la humedad del asfalto es un elemento muy delicado que ha llevado a la DGT a utilizar asfaltos especiales drenantes en algunos tramos de la carretera.

Estos dispositivos controlan la velocidad media de los vehículos en un tramo concreto de carretera y el funcionamiento es sencillo: basta un lector de matrículas a la entrada del tramo y otro a la salida, de manera que no tiene más que hacer un sencillo cálculo matemático para conocer la velocidad media a la que ha circulado un coche concreto.

Los dos sentidos

Este tipo de radares suelen medir la velocidad en ambos sentidos de la carretera, tal y como ocurrirá con este que une el tramo entre Ontón y Castro Urdiales. Una autopista por la que circulan al día más de 70.000 vehículos en algunos tramos. Este dispositivo permitirá eliminar un radar fijo situado en mitad del tramo.

La A-8 pasará así a tener tres radares de tramo, el ubicado entre Ribadeo y Figueras, con algo más de un kilómetro y el existente entre Mondoñedo y O Fiouco, con 5,6 kilómetros de largo.

Los equipos entrarán en funcionamiento en el mes de agosto aunque lo harán en fase de pruebas, lo que supone que los infractores recibirán una carta informativa en su casa pero no una multa, al menos durante los seis meses que dura la fase de pruebas de este tipo de radares.