Las fábricas de coches chinos tienen poco que ver con las que conocemos en Europa

Las fábricas de coches chinos tienen poco que ver con las que conocemos en Europa

Industria 3.0

Así son los coches eléctricos que han asustado al presidente de Ford durante su visita a China

La industria china del automóvil ha logrado sacar una década de ventaja competitiva a las principales marcas europeas, allí ya conducen coches eléctricos con 500 kilómetros de autonomía que cuestan 10.000 dólares

Hace ya tiempo que los expertos vaticinaron que la Tercera Guerra Mundial ya había comenzado y que se estaba librando sin necesidad de granadas ni misiles. La epidemia mundial de COVID fue el casus belli de una guerra en la que el automóvil es uno de sus principales protagonistas.

Mientras en Europa nos afanábamos en buscar mascarillas en el mundo y aplaudir desde los balcones, en China el Gobierno dio barra libre de financiación a los fabricantes de automóviles para trabajar sobre los coches eléctricos, logrando una ventaja competitiva de más de una década en cuestión de dos años.

China arrasa

En la hoja de ruta china faltaba lo más importante, que Bruselas mordiera el anzuelo de las emisiones de CO2 que le puso China para que el plan estuviera completo. Así nació el Plan Integrado de Energía y Clima 2021-2030, con el objetivo de reducir las emisiones hasta el 55 % (fit for 55) que la UE se ha fijado para 2030.

Von Der Leyen

Von Der Leyen, presidenta del Parlamento europeo, aboga por el coche eléctrico

Cuando remitió la COVID en 2021, China ya había preparado su industria automovilística para una verdadera invasión automovilística de occidente, que suponía el desembarco de miles de coches cada semana en los principales puertos de Europa.

Desembarco en Europa

Para este proceso Europa preparó también subvenciones casi infinitas para los países comunitarios que fueran cumpliendo las previsiones en materia de reducción de emisiones.

Estos fondos Next Generation deberían utilizarse para la reindustrialización de Europa con fábricas neutras en emisiones que deberían convertirse en la columna vertebral industrial del viejo continente.

Operario en una fábrica de baterías de BMW en China

Las fábricas de baterías forman parte de la nueva industrialización

Estos fondos también debían destinarse a ayudas directas a la compra de coches eléctricos para dinamizar un proceso que suponía la sustitución de 280 millones de coches de combustión en toda Europa.

Falla la hoja de ruta

Desafortunadamente para los chinos la hoja de ruta ha fallado por el eslabón menos esperado, el de los compradores, que desde el principio han sido reacios a la compra de coches eléctricos, lo que ha provocado unas cotas de electrificación muy bajas y muy alejadas de las que esperaban todos los protagonistas del sector.

El presidente de Ford, Jim Farley, ha declarado estar horrorizado por lo que ha visto en un reciente viaje a China. Se ha encontrado con un sector que está a años luz del europeo. Coches con casi 500 kilómetros de autonomía que tiene un precio inferior a los 10.000 euros.

Jim Farley ve a las marcas chinas como una amenaza mortal

Jim Farley ve a las marcas chinas como una amenaza mortal

Coches con un nivel tecnológico una década por delante de los europeos, algo que han logrado gracias al cheque en blanco que ha dado el Gobierno chino, financiando las factorías y las fuentes de energía a los fabricantes.

Una década de ventaja

Jim Farley se plantea ahora si tiene sentido poner puertas al campo por medio de aranceles o cualquier otro sistema que limite las importaciones de estos coches, más aún cuando las marcas chinas ya están produciendo coches en medio mundo, desde Europa hasta África y América del Sur.

Farley ya ha enviado a sus cuarteles generales en los Estados Unidos unas cuantas decenas de coches chinos para valorar en su justa medida la amenaza de la que estamos hablando y aprender de un concepto de automóviles mucho más avanzado que el que manejan los fabricantes occidentales, quizá la única forma de plantarles cara.

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