Estos radares tienen ruedas y se mueven como un remolque convencional

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Seguridad vial

«Parecen lavadoras»: cómo reconocer los nuevos radares con ruedas que ya multan en las carreteras

La rápida amortización de los radares permite que los últimos modelos se desplieguen en carretera a una velocidad de vértigo

En 1997 el Gobierno de José María Aznar cedía a Cataluña las competencias de Tráfico. El acuerdo incluía que la Generalidad pasaría a controlar el tráfico en las carreteras de la comunidad bajo el marco legal común marcado por el Código de Circulación de la época.

Se creaba el Servicio Catalán de Tránsito (SCT), el equivalente a la DGT catalana y las competencias de la vigilancia de las carreteras recaerían sobre los Mozos de Escuadra progresivamente.

Peor que la DGT

A partir de entonces Cataluña ha convertido a los radares en su arma estrella en su lucha contra las infracciones, hasta el punto de que su densidad de velocímetros por kilómetro de carretera es mucho mayor que la del resto de España.

Así con físicamente los nuevos radares de velocidad

Así con físicamente los nuevos radares de velocidad

Para hacernos una idea, y si tenemos en cuenta los kilómetros de carretera que tiene Cataluña, allí la densidad de velocímetros es de uno por cada 16 kilómetros, mientras que en el resto de la península, a excepción de País Vasco y Navarra, que también tienen transferidas las competencias, la densidad es de un radar por cada 60 kilómetros.

Un radar cada 15 kilómetros

Tal y como dicen en la comunidad autónoma, es peor que la DGT, pues la presión sobre los conductores es mucho mayor que en el resto de la península. Ahora el asunto se complica aún más tras la compra de unos nuevos tipos de radar que no operan en el resto de España pero sí se usan en Francia.

Estos nuevos equipos pasan completamente desapercibidos en carretera

Estos nuevos equipos pasan completamente desapercibidos en carretera

Se trata de los famosos radares remolque, unos grandes armatostes con ruedas movidos por los vehículos de mantenimiento de carretera o por los de los Mozos. Estos equipos pesan una tonelada, son blindados para evitar actos vandálicos y miden hasta una distancia de 75 metros con varios carriles de por medio.

Radares autónomos

Actualmente los responsables del tráfico catalán los mueven cada semana entre 150 puntos predefinidos y, gracias a su peculiar fisonomía, son muy fáciles de esconder tras los guardarraíles.

Son casi imposibles de detectar en el sentido de la marcha

Son casi imposibles de detectar en el sentido de la marcha

Básicamente son como una lavadora con la parte trasera totalmente panelada. Esto permite colocarlo detrás de los muretes de la carretera sin que se vean prácticamente nada, mientras que en la parte superior está la cámara y el equipo de medición, mediante el que controla la carretera en la que ha sido ubicado.

Por si fuera poco disponen de baterías para funcionar durante una semana y de conexión por WiFi, lo que evita que tenga que haber un operario en las proximidades.

Así los esconden los responsables de Tráfico en Cataluña

Así los esconden los responsables de Tráfico en Cataluña

Por el momento, Tráfico de Cataluña ha comprado cuatro equipos por un importe de un millón de euros, pero su intención es llegar hasta los 25 a lo largo del año.

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