Vamos a peor
Cuando se confirme el archivo de los procesos contra el Rey Juan Carlos es probable que volvamos a tener al Rey que trajo la democracia entre nosotros. Y eso provocará otra tormenta, porque esta izquierda radical se ha crecido. Y ya se cree propietaria del escenario gracias al apoyo mediático a sus posiciones
Hay días que los compromisos te apartan de la redacción del periódico y te obligan a prestar atención durante unas horas a cuestiones con menos inmediatez. Ayer, a instancias de Iraida Domecq, intervine en un seminario organizado por Youtopia llamado «En clave clandestina», dirigido por Regino García-Badell, que durante más de dos décadas fue el jefe de Gabinete de Esperanza Aguirre en sus diferentes desempeños políticos. Este foro que arrancó el pasado 14 de septiembre y se prolongará hasta el 25 de enero acoge en su tribuna, entre otros, a personalidades como Lalo Azcona, Juan Pablo Fusi, Jon Juaristi, Tom Burns o Cayetana Álvarez de Toledo. Y hay muchos otros intervinientes en áreas más científicas y menos políticas.
La responsable de Youtopia, me pidió que yo hablase de «La Familia Real y su acoso». Y eso te obliga a reflexionar durante horas sobre las noticias que vas conociendo y solo puedes tratar con la presteza de la cotidianeidad: poca. Expliqué cómo veo a la Familia Real más acorralada de lo que lo ha estado en el último siglo –lo que equivale a decir que en toda la historia–. Cómo en 1931 la hostilidad de los medios de la época era muy inferior a la que vemos hoy en día y la caída del Rey fue por una perversa interpretación entre las élites políticas de las elecciones municipales del 14 de abril. Y cómo la inmensa mayoría de los medios de comunicación de la hora presente, acomodaticios a las numerosas subvenciones que reciben del Estado por diferentes vías, se han dedicado a trasladar a sus publicaciones o emisiones las cargas de profundidad que desde la web se lanzan contra la Familia Real desde el entorno de los partidos antisistema del ámbito comunista, siempre más efectivo en la manipulación mediática que nadie.
Cuando se confirme el archivo de los procesos contra el Rey Juan Carlos, que la Fiscalía filtró a El Confidencial, es probable que volvamos a tener al Rey que trajo la democracia viviendo entre nosotros. Y eso provocará otra tormenta, porque esta izquierda radical se ha crecido. Y ya se cree propietaria del escenario gracias al apoyo que desde casi todo el entorno mediático se da de una u otra forma a sus posiciones. En ocasiones con ataques abiertos a la Corona. En otras relegando las informaciones que afectan a la Familia Real a las páginas de Gente o, en el mejor de los casos, a las de Agenda.
Cuando se produzca esa nueva crisis mediática, la soledad de la Casa Real va a ser notable. Ya han perdido hasta ABC, que en consonancia con anteriores etapas de su más que centenaria historia, tan pronto como la familia Luca de Tena ha vuelto a ser apartada del diario, el periódico ha regresado a la línea republicana que sostuvo durante la segunda mitad de la década de 1930. El acoso y derribo al que ese periódico ha sometido en los últimos meses al Rey que recuperó para todos nosotros las libertades es muy elocuente. Y, no haya lugar a equívoco: esto forma parte de la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez para derogar los capítulos pertinentes de la Constitución de 1978 y asumir todos los poderes. A él no le vuelven a hacer lo de sacarle del besamanos del Palacio Real como ocurrió el 12 de octubre de 2018. Y que no me digan que se equivocó poniéndose allí. Cuando uno se equivoca –todos lo hacemos más de lo que quisiéramos– se pide disculpas. En lugar de eso, Sánchez echó la culpa del «error» al jefe de protocolo de la Casa del Rey, Alfredo Martínez. Con un par.
Sánchez y la coalición parlamentaria de partidos que buscan la destrucción de España ganan terreno en su objetivo cada día. Y aquí seguimos, mirando para otro lado. Algunos mudan posiciones acomodaticiamente. Otros, hoy como ayer, estamos donde estábamos.