Increíble y ocurre en España
Poseo el optimismo suficiente como para esperar que la situación de desgobierno que hoy padece España cambie por la vía democrática de la alternancia en el Gobierno. Solo hay que prestar oídos al malestar de la calle, al descrédito creciente de los ministros, a las protestas de los camioneros, a nuestra propia inquietud y entenderemos que un año más de sanchismo solo puede y debe llevar a un cambio de Gobierno a través de la voluntad ciudadana expresada en las urnas. Porque las otras expresiones ya están ahí, no en la ficción de las televisiones de la izquierda, tan dadas a las aldeas Potemkin, pero sí en la cotidianidad de los españoles. Y es que siendo preocupante todo lo material que gestionan Sánchez y su tropa, lo verdaderamente aterrador es su empeño en llevar adelante una obra de ingeniería social que en Occidente solo se atrevió el comunismo en los años más negros. Nadie en Europa, por ejemplo, se ha atrevido a utilizar un atajo para aprobar una ley, sin discusión en el Parlamento, para castigar con penas de cárcel a quienes defienden la vida frente al aborto. Créanme que es inquietante vivir en un país así. No es posible limitar la libertad de expresión y de la acción pública con penas de cárcel. Pero ¡cuántas cosas creíamos que no iban a ser posibles y finalmente se han materializado! Como decía al principio, esto solo se arregla con un cambio de Gobierno. Nos queda ese resquicio de esperanza, que es ya la mitad del camino para lograr el objetivo.