Lo que va de Aldama a Villarejo
Fue Sánchez quien aupó a Ábalos al máximo poder del partido y al Ministerio desde el que más dinero se adjudica. Y fue Sánchez el que le mandó como ayudante a Koldo, el aizkolari del que el presidente del Gobierno se ha declarado admirador en «Manual de resistencia»
Lo más relevante de la declaración del comisionista Víctor de Aldama ante el juez no fueron las graves acusaciones que hizo –que eran gravísimas– sino la pobre reacción de la cúpula socialista, ministros, Santos Cerdán y Patxi López incluidos. Hasta el propio Pedro Sánchez tuvo que dar la cara acusando el golpe. Su explicación es bien sencilla: no se puede creer nada de lo que dice Aldama porque está en la cárcel y miente para poder salir de ella. Muy interesante argumento al que le falta una explicación: ¿por qué las cosas que decía Villarejo desde la cárcel debían ser tomadas por ciertas y las que dice Aldama no? ¿Puede alguien explicarme por qué va tanto de las palabras de Aldama a las de Villarejo? ¿El PSOE va a tener siempre derecho a emplear una doble vara de medir?
Tiene gracia que el partido que ha legitimado la mentira como instrumento de la actuación política ahora denuncie a Víctor de Aldama por mentiroso. Yo no puedo saber qué era verdad y qué mentira en su primera declaración ante el juez. Pero sí hay dos cosas que creo que requieren clarificación. ¿Por qué un tipo al que los socialistas consideran ahora despreciable tenía una relación privilegiada con el PSOE, empezando por el que era el secretario de organización? Sí, claro, Ábalos es ahora el enemigo, la cabeza de turco. Él tiene la culpa de todos los males del PSOE. Pero fue Sánchez quien aupó a Ábalos al máximo poder del partido y al Ministerio desde el que más dinero se adjudica. Y fue Sánchez el que le mandó como ayudante a Koldo, el aizkolari del que el presidente del Gobierno se ha declarado admirador en su libro «Manual de resistencia». ¿Todo eso también son mentiras? ¿Hasta lo que dice Sánchez en su libro ya no lo sostiene?
La inmensa y constante mentira de Sánchez y todo su entorno cada vez se complica más. Cada día tenemos una nueva versión sobre los personajes clave. Como fue ayer el caso con Koldo y los datos que aportó Aldama. Pero lo mismo puede decirse con el gravísimo caso de la visita de la vicepresidente venezolana, Delcy Rodríguez. Un caso que se acalló por el brote de la pandemia de la Covid, pero que era de tal gravedad que ha vuelto a primera línea.
Dicen que todas las reuniones que Aldama adujo haber tenido eran mentira. Nadie se vio nunca con él. No se sabe por qué tenía un sitio privilegiado en un acto político de Sánchez. ¿También nos van a decir que es mentira que estuviera en el aeropuerto con Ábalos durante la visita de Delcy Rodríguez? Al paso que vamos aparecerá una nueva versión sobre la visita de Delcy. Y ya hemos tenido una docena. Pero nos falta una versión verosímil de por qué vino Delcy a Madrid. Sigue siendo todo muy raro. Aldama y Ábalos le habían organizado una estancia de cinco días con una casa alquilada por Aldama en El Viso, una de las zonas residenciales más caras de la capital. ¿Todo eso se hizo a espaldas del Gobierno? ¿Cómo pretendían meterla en España sin el respaldo de la Moncloa si ella estaba en la lista negra de la Unión Europea? Aldama dice que le había organizado una cena con varios ministros… Y ella no se atrevía a bajarse del avión por miedo a que la detuviesen. ¿A qué vino?
El comisionista demostró ayer ante el juez que cuarenta días de cárcel ya le han parecido bastantes. Pero con toda seguridad sólo vimos la punta del iceberg. Y lo que sí sabemos es que su abogado es un especialista en llegar a acuerdos con la Fiscalía.
Lo menos que se puede decir es que la cosa está entretenida…