Los siete pecados capitales del PSOE
Lo de Andalucía no es una sorpresa puntual, sino el posible inicio del proceso de descomposición de ese partido
En pleno resacón tras la supertoña del PSOE en Andalucía, resultaba casi conmovedor ver a los portavoces del partido afanándose en buscar cataplasmas para tratar de aliviar el escozor. El portavoz de Ferraz, el policía andaluz Felipe Sicilia, un político con un rostro doliente que evoca un cuadro del Greco, salmodiaba inasequible al desaliento que «el Gobierno está fuerte, está sólido». Pero un hecho incontestable desmentía tal aserto: el rictus avinagrado de Sánchez, que denotaba un cabreo cósmico mientras observaba a su Ejecutiva despectivamente y con mirada láser.
Lo de Andalucía no es una sorpresa puntual. Se trata del primer aviso de que ese partido puede haber iniciado, sin todavía saberlo, un proceso de descomposición. El PSOE suma siete pecados capitales que van a dinamitarlo:
1.-Un líder con cartel de mentiroso. Sánchez es el presidente que más ha mentido de nuestra democracia y el que lo ha hecho además con mayor desparpajo. El público, aunque no lo parezca, va anotando. Hay saturación con el personaje y su soberbia de querencia autocrática. Ni cae bien ni la gente se fía de él. Sánchez todavía no se ha examinado personalmente en las urnas desde que engañó a los españoles con sus falsas promesas electorales de noviembre de 2019. Cuando le toque examinarse el año que viene, el respetable le pasará la factura.
2.-Los dirigentes del partido son de bajísimo nivel. El partido que algún día contó con Miguel Boyer, Maravall, Lluch, Leguina, Paco Vázquez… tiene hoy como número dos a la inenarrable Adriana Lastra y, como portavoz, a Felipe Sicilia. La ministra de Hacienda, una cartera crucial, es una médico del PSOE andaluz, a la que la materia le queda muy grande por falta de preparación. Lo que ha hecho el PSOE en los últimos años con su casting de dirigentes es como pasar de Alfredo Kraus a Cañita Brava.
3.-El PSOE de Sánchez ha sido felón con la unidad de España. Todo el tinglado del sanchismo se sostiene sobre un pecado original que lo desacredita por completo: su alianza con partidos separatistas, que además cuando Sánchez recurrió a ellos acababan de organizar un golpe de Estado.
4.-El PSOE de Sánchez ha traicionado la memoria de sus propios héroes. Ha mancillado el recuerdo de quienes pagaron con su vida la defensa de España y la libertad frente a la acometida salvaje de ETA. La entente con Bildu duele a muchos socialistas. E ir sacando a la calle a los más brutales asesinos para comprar el apoyo de Otegi resulta moralmente repugnante.
5.-El PSOE se ha aliado con una extrema izquierda incompetente y cargante. Además, en muchos casos, ha aceptado sus propuestas más peregrinas solo para mantener el frágil mecano de Sánchez.
6.-El PSOE no es el remedio para la economía, sino parte de la enfermedad. La receta socialista es solo una: más gasto y más impuestos. Y a la larga siempre acaba mal. Cuando la carretera económica se empina, el PSOE no funciona, le falta conocimiento y le sobra frivolidad doctrinaria e irresponsabilidad contable.
7.-El PSOE ha olvidado a las familias para primar el victimismo políticamente correcto y la ingeniería social. Ya no es un partido que intenta ofrecer soluciones para los problemas de la amplia clase media y la media-baja. Se han obsesionado con las reivindicaciones de ciertas minorías mientras dan la espalda a las familias que conforman el armazón del país.
Tal cúmulo de errores es una bomba de relojería. En Andalucía simplemente ha comenzado la cuenta atrás.