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Perro come perroAntonio R. Naranjo

El PSOE es Podemos con corbata

Si Sánchez solo puede prosperar políticamente en la miseria, creará miseria: Podemos desaparece porque el PSOE ya es Podemos

Actualizada 02:22

Sánchez pretende vender la idea de que todo el mundo puede vivir del Estado, aunque es el Estado quien vive de todo el mundo, y se hace pasar por Robin Hood aunque es el sheriff de Nottingham: primero te atraca y luego, si le prometes tu voto, te devuelve unas migajas mientras te enseña el anillo para que se lo beses.

España es un país en quiebra e ingresado en la UCI que sobrevive con la respiración asistida efímera de los Fondos Europeos y de la recaudación extra de la inflación, que provoca un fenómeno repugnante: mientras todo el mundo se empobrece, el Estado se enriquece y Pedro, que es el Doctor Muerte de la Unidad de Cuidados Intensivos, se gasta una parte del exceso en simular que te ayuda.

Quienes creían que el Tío Gilito estaba a punto de retirarse y dudaban incluso de que fuera el candidato del Partido Sanchista Obsceno Expañol, para cederle la galleta electoral a algún Bolaños o Lastra incauto, el debate del estado de la nación les habrá abierto definitivamente los ojos.

Su proyecto es implantar un peronismo asistencial de medio pelo, que solo induce pobreza para salvarte luego un poco de ella; combinado con una reescritura de la historia reciente con Bildu y una invasión del resto de poderes del Estado, con la Justicia en primer lugar.

De un plumazo, Sánchez ha creado la Limosna Mínima Paternal; ha legalizado la okupación del Tribunal Constitucional y ha elegido a Otegi frente a Miguel Ángel Blanco o a Junqueras sobre Felipe VI y Feijóo, todo para recrear el universo de Orwell en 1984: «Si el líder dice de tal evento esto no ocurrió, pues no ocurrió. Si dice que dos y dos son cinco, pues dos y dos son cinco».

La pobreza, en fin, es un drama para España, pero un negocio económico y político para indeseables como Sánchez, que encuentran un relato en la salvación de los problemas que ellos mismos inducen o no frenan: si solo puede perpetuarse en la miseria, creará miseria.

Zapatero engendró a Podemos y algunos creyeron que el bicho populista se les había escapado de las manos, lo que estuvo a punto de ocurrir cuando España se volvió un poco la secta en Guyana del reverendo Jim Jones y Pablo Iglesias casi adelanta a Pedrito.

Pero en realidad era un ensayo que, culminado con cierto éxito, se ha desechado para enseñar el rostro real del populismo, ya sin caretas: Sánchez no es Pablo Iglesias 2.0; Pablo Iglesias fue la cobaya de Pedro Sánchez, que ya luce sin complejos el trono prestado un rato al emérito de Galapagar.

El PSOE es Podemos con corbata.

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