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HorizonteRamón Pérez-Maura

A falta de un Sánchez, tenemos dos

Lo más grande es que Pedro Sánchez se va a convertir en dos personas diferentes, una vez más, y le va a otorgar el indulto, no como secretario general del PSOE, sino como presidente del Gobierno, que es algo diferente

Actualizada 01:30

La desfachatez moral del presidente del Gobierno y de todo su entorno, que miente sin pudor, incluso con orgullo, se supera cada día. Cuesta seguir la pauta que marcan los socialistas gobernantes porque la incongruencia de su discurso se supera minuto a minuto. Y créanme que es difícil lograrlo.

Ayer conocimos el dato de que la familia de José Antonio Griñán ha solicitado formalmente el indulto para el ex presidente de la Junta de Andalucía y ex ministro de Trabajo. Están jugando con una doble carta a la vez que el líder del PSOE en Andalucía dice que ellos no pueden pedir el indulto porque el código ético del PSOE no permite indultar a miembros corruptos del partido. Así que ahora han vestido un muñeco diciendo que la solicitud parte de la familia, no del PSOE y lo más grande es que Pedro Sánchez se va a convertir en dos personas diferentes, una vez más, y le va a otorgar el indulto, no como secretario general del PSOE, sino como presidente del Gobierno, que es algo diferente. Afortunadamente sí. Son dos cargos distintos. Lo que hay que preguntarse es si Pedro Sánchez sería presidente del Gobierno si no fuese secretario general del PSOE. Pero desde que llegó al Gobierno le hemos visto hacer lo contrario de lo que prometió en la oposición y ya Carmen Calvo, cuando era vicepresidenta del Gobierno, afirmaba con una gran sonrisa y desparpajo vomitivo que aquello en lo que era pillado en contradicción «no lo había dicho el presidente del Gobierno, lo dijo el secretario general del PSOE». Con un par y la bandera de Tafalla.

Yo no sé si Griñán es tan buena persona como aseguran quienes le conocen y han tratado. Espero que sí. Pero ésa no es la cuestión. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el Tribunal Supremo no lo han juzgado (y condenado) en función de lo buena o mala persona que él pueda ser. A Griñán se le ha condenado a la cárcel por el desvío de 679 millones de euros del que él debía estar informado por su cargo de consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía entre 2004 y 2009 y como presidente de la Junta entre 2009 y 2013. Mientras fue consejero ignoró los informes de los interventores y supo que se estaba malversando un dinero público con el que su partido tenía un voto cautivo gracias al cual ganaba las elecciones y él cobraba un sueldo. Si eso no es beneficiarse personalmente del dinero sustraído, que venga Dios y lo vea.

La conclusión del caso andaluz en el que se va a otorgar un indulto a Griñán –y veremos si a otros condenados a prisión– es que no solamente hay dos Pedro Sánchez diferentes, que ya está bien, sino que hay dos morales distintas con las que juzgar la corrupción en España. Y, como ya he dicho anteriormente en esta columna, dado que la línea oficial del PSOE sostiene que éste es un caso en el que pagan justos por pecadores, convendría que Ferraz, o Pedro Sánchez en su condición de secretario general del PSOE o en la que quiera, nos aclare si Griñán y Chaves son los justos, quiénes son los pecadores. Para que todo el mundo aparezca en la foto y los socialistas puedan decir que esos hoy desconocidos son los verdaderos culpables del desfalco de 679 millones de euros y demostrar así que Griñán es de verdad inocente.

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