Fuerzas armadas con flores
Nadie cuida los terrenos encomendados a su servicio como los militares. Han aceptado sin reservas a la mujer en las Fuerzas Armadas, pero no buscarán la eficiencia en el uso de sus recursos en pos de la igualdad de género como principio transversal
El Gobierno de España defiende –ante sus socios– que su aumento de gasto militar en los presupuestos de 2.600 millones de euros –ya era hora–, tiene una perspectiva «verde» y «de género». La sarta de majaderías que hay que decir para contentar a los podemitas y los separatistas por cumplir, sólo en parte, la promesa que Sánchez formalizó en la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. Las Fuerzas Armadas de España han sido presupuestariamente maltratadas por los Gobiernos del PSOE y del PP, supliendo con una efectividad asombrosa su mengua de fondos destinados a la Defensa. Y sigue el Gobierno diciendo tonterías: «Una presupuestación verde o medioambiental que busca la eficiencia en el uso de los recursos». Y como después de dos mamarrachadas siempre viene la tercera, el Gobierno prosigue: «Con el fin de incrementar en las Fuerzas Armadas la igualdad de género como principio transversal». Sublimes chorradas. Sucede que, al fin, la OTAN ha reclamado de España la aportación que le corresponde, y Sánchez se ha visto obligado a cumplir con una parte de su promesa. El buen ministro de Defensa del Gobierno presidido por Rajoy, Pedro Morenés Eulate, que fue como el que escribe Cabo 1º del Ejército de Tierra – uno y otro en la Reservísima–, manifestó que en España se despreciaba la cultura de Defensa. No obstante, se encontró con reducciones en los Presupuestos Generales del Estado de su Gobierno, lo cual se me antoja contradictorio. Claro, que de esas reducciones a las pretensiones de Podemos y los separatistas de tener unas Fuerzas Armadas con flores en la boca de las armas, munición de corcho, y perspectivas «verdes» y de «género», media abrumadora diferencia.
Los genios se adelantan a los tiempos e intuyen las gilipolleces del futuro. Guardo en mi casa un dibujo de Manolo Summers fechado en 1991. El gran cineasta y dibujante onubense falleció hace 29 años, el 12 de junio de 1993. El dibujo se ríe del Ejército verde y con perspectivas de género, cuando todavía no se avecinaba la colosal estupidez. Un sargento desflora una margarita y arranca sus pétalos mientras repite la cantinela: «Sí al amor, sí a la guerra, sí al amor, sí a la guerra». Detrás del sargento, una soldado maciza se impacienta, y al fin se pronuncia: «Por favor, decídase pronto, mi sargento».
El Gobierno ha aumentado los gastos militares porque España necesita estar en la vanguardia de la Defensa de los valores occidentales. Y además, ni un solo euro de los destinados a Defensa va a aterrizar en el bolsillo de un uniforme militar. Los militares sirven a todos los españoles, no mienten, no roban, no derrochan y usan de la misma decencia y modestia con el dinero público que con el humilde sueldo que llevan a sus hogares. A los militares de Tierra, de la Armada y del Aire no hay que recordarles el cuidado del medioambiente. Lo llevan cuidando desde que los abuelos de Greta Thunberg decidieron casarse, tener hijos y, lamentablemente, esa nieta. Pero las Fuerzas Armadas Españolas son discretas y disciplinadas, y habrán leído las bobadas del Gobierno con una sonrisa permanente. Nadie cuida los terrenos encomendados a su servicio como los militares. Han aceptado sin reservas a la mujer en las Fuerzas Armadas, pero no buscarán la eficiencia en el uso de sus recursos en pos de la igualdad de género como principio transversal. Buscarán la eficiencia de los recursos disponibles en mejorar la capacidad de defensa de nuestros Ejércitos.
En silencio, sin aspavientos, con toda naturalidad, la mayor honradez y el más hondo patriotismo. Cinco virtudes que desconocen muchos de los que nos gobiernan. O que conocen, pero las desprecian.