Miente, que algo queda
Jacinda Ardern no parece que tenga un Tezanos que le mienta. Se va antes de que la echen los ciudadanos neozelandeses. Pero su amigo Pedro Sánchez piensa pelearlo hasta el final, y no le importan los medios, CIS incluido
La degradación de la credibilidad del CIS es de tal calibre que hasta sorprende el empeño de Pedro Sánchez en insistir en esa manipulación tan burda tanto de los pronósticos electorales como de las preguntas. Sabemos de las carencias éticas del personaje, el factor fundamental en esto como en todo lo demás, pero también es cierto que esa destrucción de la autoridad científica del CIS acaba perjudicando al propio Sánchez, alimentado su imagen de mentiroso, cuestionando sus previsiones y promesas, e incluso ridiculizando al Gobierno.
Pero a pesar de todo lo anterior, la mentira también le es útil, sobre todo en este momento de acusada debilidad en la que se encuentra. Cuando ni una sola de las empresas demoscópicas de este país te augura un triunfo en las próximas elecciones generales, la única manera que te queda de presentar una imagen de fuerza o al menos de cuestionar tu imagen de debilidad es pedir a un socialista a tu servicio, Tezanos, una encuesta imaginativa y favorable. Y dada la estructura de las encuestas sociológicas, la manipulación tiene cierta capacidad de influir en la opinión pública y en tu propio partido. Manteniendo viva la posibilidad de un buen resultado socialista, o, lo que es lo mismo, manteniendo la posición de fuerza de Pedro Sánchez entre los suyos.
Las encuestas han demostrado sobradamente su consistencia científica, pero también que pueden errar, porque hay una parte de valoración basada en el buen conocimiento de la realidad política por parte del analista, y porque hay acontecimientos imprevistos que pueden alterar un pronóstico. En esas variables se basa también el descaro en la manipulación, en este caso la manipulación de Tezanos, en su seguridad de que nadie podrá demandarle por mentir, puesto que se trata de un mero pronóstico. Como mucho perderá su credibilidad, ya lo ha hecho, pero a cambio de mantener una posición privilegiada en un importante organismo.
Las empresas demoscópicas privadas dan entre 5 y 8 puntos de ventaja al Partido Popular sobre el PSOE en estos momentos, lo que deja políticamente herido a Pedro Sánchez. Esos datos fortalecen la percepción del PP como ganador y líder, debilitan al PSOE, pero, además, dañan a Pedro Sánchez entre los suyos. Destruyen esa imagen de ganador, resistente y fuerte que ha construido durante estos años y que le permite seguir manteniendo el control de su partido y neutralizando las maniobras para sustituirle. Pero le queda la mentira del CIS de Tezanos y la usa para fabricar titulares positivos y sembrar la duda entre sus adversarios, comenzando por los internos.
La izquierda española ha recibido con lacrimógenos aplausos el anuncio de dimisión y renuncia a presentarse a las próximas elecciones de la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern. Han obviado el dato de unas encuestas que anuncian la derrota del Partido Laborista, el triunfo del centroderecha y la caída en picado de la popularidad de Jacinda Ardern. No parece que ella tenga un Tezanos que le mienta. Se va antes de que la echen los ciudadanos neozelandeses. Pero su amigo Pedro Sánchez piensa pelearlo hasta el final, y no le importan los medios, CIS incluido.