La corrupción se come a Revilla (y a Sánchez)
Dado que el PSOE ha votado la ilegalización de la prostitución, con un éxito limitado, creo que podrían crear un comité de expertos para ver cómo avanzar en este bien intencionado objetivo. Porque expertos en ese problema tienen muchos
«Habrá que pensar si un presidente no se ha enterado, lo cual me parecería grave. Una de dos, si no se entera no es muy capaz y si se ha enterado es un delincuente». Como bien ha recordado en El Debate Alejandro Entrambasaguas, esto es lo que decía Miguel Ángel Revilla cuando los casos Gürtel y ERE asolaban al PP y al PSOE. Aguardamos ahora con inusitada expectación las explicaciones del eterno secretario general del PRC –lleva en el cargo desde que Ronald Reagan presidía los Estados Unidos– sobre los 8,8 millones de euros adjudicados entre 2019 y 2022 sin concurso público por el consejero regionalista José Luis Goichicoa a empresas que ahora se ven envueltas en el escándalo que sacude Cantabria.
El cabecilla de la trama parece ser el jefe del Servicio de Carreteras Autonómicas del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Díez. El servicio de carreteras es una de las dependencias de la Consejería de Obras Públicas que más dinero mueve y que puede hacerlo de una forma más discrecional. El jefe del Servicio puede dar prioridad a una obra sobre otra y una vez realizada, a ver cómo se demuestra que era prioritaria la que no se hizo sobre la que se ha realizado. La obra finalizada tapa las pruebas del posible criterio de conveniencia. Conveniencia del adjudicatario que se ha beneficiado con su decisión.
Ya sabemos que la corrupción toca muchos puertos. Sería muy conveniente ver a los políticos que hacen proclamas exigiendo limpieza, estar a la altura de sus denuncias cuando los afectados por la basura están en sus filas y no en una dirección menor, cual es el caso que nos ocupa. Este escándalo saltó hace una semana y Revilla dice que todavía lo tiene que estudiar. Es increíble. Al paso que vamos se va a presentar al examen de recuperación en septiembre.
Esto llega en un momento en que sus aliados socialistas están pasando por momentos que preferirían que fuesen ignorados, como muy bien hacen los medios que les son más afines –es decir, casi todos. De una parte, los escándalos que asolan a los socialistas valencianos. Y de otra el escándalo de los socialistas canarios que se prolonga al Congreso de los Diputados. Ahora resulta que «Tito Berni» hacía orgías con prostitutas para más de una docena de diputados o senadores, pero que nadie lo conocía ni trataba. Que era un personaje reservado. Hombre, cabe imaginar que su discreción se limitaría a esas perversiones, porque a la hora de convocar a colegas, seguro que sus beneficiarios se vanagloriaban mucho después, es sus círculos masculinos, de lo que se disfrutaba en las cenas de «Tito Berni». Va a resultar que el único que no se enteraba de lo que ocurría era Pedro Sánchez, con lo mucho que parece que su entorno conoce del aspecto de gestión de ese negocio.
Llegados a este punto y dado que el PSOE ha votado la ilegalización de la prostitución, con un éxito limitado, creo que podrían crear un comité de expertos para ver cómo avanzar en este bien intencionado objetivo. Porque expertos en ese problema tienen muchos. Recuerden lo que conocimos al respecto durante el escándalo de los ERE. Y sugiero que se nombre a un Alto Comisionado para ver cómo se puede finiquitar ese tráfico que habitualmente se realiza con pagos en efectivo. Sugiero que el jefe del Servicio de Carreteras de Cantabria, Miguel Ángel Díez, podría ser el Alto Comisionado idóneo. Una vez más, Revilla y los socialistas, de la mano.