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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Se van, Nadia, porque los tratáis a patadas

En ningún país con una economía libre de mercado el Gobierno se permite lanzar amenazas fiscales contra las empresas que quieren cambiar de sede

Actualizada 09:13

Como instrumento de presión ante la junta de Ferrovial del jueves, el Ministerio de Economía de Calviño –conocida también como Camarada Nadia tras su proceso de podemización exprés– ha esgrimido un informe donde concluye que la empresa podría cotizar en Wall Street manteniendo su sede en España.

La Camarada Nadia no ha entendido nada. O prefiere no darse por enterada. La multinacional Ferrovial ha pretextado en público que se va de España, donde nació y creció, porque instalándose en los Países Bajos le resultará más fácil su expansión internacional, incluido el hecho de cotizar en el parqué neoyorquino. Pero ese no es el auténtico fondo de la cuestión.

La verdadera razón por la que se van, querida Nadia, es que los empresarios también son humanos y lleváis tres años largos faltándoles al respeto, insultándolos en público, abrasándolos a impuestos y tachando de «obscenos» sus beneficios (que permiten que las compañías mantengan el empleo y otorguen dividendos a los accionistas que apuestan por ellas).

A algunos empresarios no les queda otra que tragar, porque su negocio es doméstico y no pueden trasladarse al extranjero para librarse del Gobierno más intrusivo de Europa. Otros tienen la paciencia del santo Job y aguantan estoicamente las insólitas invectivas del poder político socialista de su país. Pero algunos dirigen multinacionales de gran presencia internacional y están hasta las meninges de vosotros. Tienen su paciencia ya colmada, caso del empresario Del Pino, y simplemente han decidido irse con la música a otra parte, quemados con un Gobierno que en lugar de ofrecer facilidades para los negocios se ha convertido en un obstáculo para los mismos.

Se van, querida Nadia, porque somos el único país de Europa con ministros comunistas en su Gobierno (y para más señas, del sector friki-populista-iluminado) y porque el presidente es un socialista cuya palabra vale menos que un billete del Monopoly, un gobernante con ínfulas de autócrata que ha deteriorado la seguridad jurídica.

Se van, querida Nadia, porque en ningún otro país occidental de economía de mercado su Gobierno se permite amenazar a una empresa con represalias fiscales por decidir trasladar su sede fiscal (libremente y con todo el derecho). Se van, admirable Camarada Nadia, porque ningún empresario está dispuesto a desayunarse con el periódico de cámara del Gobierno abriendo su portada con esta amenaza explícita: «Ferrovial se arriesga a un coste fiscal millonario por su traslado». Eso se llama matonismo gubernamental en toda regla contra la libertad de las empresas.

Se van, Nadia, porque están hartos de que retratéis como «ricos» sin escrúpulos a empresarios de éxito y a profesionales que han trabajado de sol a sol toda su vida para reunir un patrimonio. Se van porque vuestra jerga peronista-maquiquea es cargante hasta lindar con lo insoportable.

Se van, Nadia, porque sois socialistas y lo fiais todo a la veneración exaltada de «lo público» mientras señaláis a los empresarios que arriesgan su dinero como los sospechosos habituales.

Y lo peor, Nadia, es que tú también sabes que todo esto es así. Pero parece que solo te agrada la economía libre de mercado para constituir tus sociedades patrimoniales y ahorrarte unas perrillas inmobiliarias.

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