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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Pésame a Ursula

Von del Leyen es una tonta que ha sufrido en su poni el ataque de los lobos, es decir, una tonta arrepentida, y la Ribera que no ha padecido ataque alguno a pesar de su aspecto, es una tonta empecinada

Actualizada 01:30

Antes de todo, gracias, Luis Ventoso, por tu divertido y oportuno artículo de ayer, 2 de agosto, en El Debate. Lo he pasado leyéndolo como un comanche cortando cabelleras a los casacas azules.

En mi vida apenas hay úrsulas. Tres tan sólo. Úrsula, la osa del parque de Atracciones del Monte Igueldo de San Sebastián. Se trataba de una osa melancólica a pesar de su excesiva alimentación. La pobre Úrsula habitaba en una jaula entre el estanque de las canoas y el chiringuito de los cocos. De niño le tiraba cacahuetes y jamás me hizo un feo, un desaire. Se los comía con agradecido interés. Su fallecimiento, a finales de los sesenta, nos originó a sus amigos un gran vacío. Me figuro que, más o menos, de la hondura que experimentaron los barceloneses cuando entregó su alma al cielo boscoso y florestal de los gorilas, Copito de Nieve.

Úrsula Domínguezgoitia. En realidad, se apellidaba Domínguez García, y era natural de Honrubia de la Cuesta, en la provincia de Burgos. Sus padres se instalaron en Hernani, y ella se hizo llamar Domínguezgoitia. Pasó por mi vida como un relámpago. En los primeros días de septiembre, de 1970 la acompañé a recolectar moras por el monte Ulía. No era una mujer agraciada. En exceso musculosa, de voz barítona, y algunos granos de más. Aquella tarde, inesperadamente, arrojó al suelo la cesta con las moras recolectadas y pretendió recolectarme a mí. Huí como Puigdemont sendero abajo hacia la libertad. No he vuelto a tener noticias de ella.

Y Ursula Von der Leyen y Semisánchez, la gran burócrata de Europa relacionada con los Laboratorios Pfizer, y gran defensora de la inmunidad de los lobos en todos los territorios de la Unión Desunida. De mejor aspecto que la ministra Ribera, pero igual de sometida a la política Bambi. Por lo menos se peina cada mañana. Doña Ursula es propietaria de una preciosa extensión de terreno en los bosques de la Baja Sajonia. Y en esos terrenos, corretean, saltan y disfrutan de la vida caballar un grupo de simpáticos ponis. Por allí, también pulula algún lobo, ese ser intocable. Como los alemanes son tan ordenados, el lobo en cuestión está registrado como «lobo GW950». Entre los simpáticos ponis de doña Ursula, el que más había hecho para entrar en su corazón era el poni Dolly. Escribo en pasado, porque días atrás, el poni Dolly fue devorado por el lobo GW950.

Disgusto terrible, dramático. En vista de ello, ha convocado una reunión de expertos europeos –la Ribera no ha sido invitada– para intentar acordar una nueva interpretación a las leyes con el fin de permitir abatir algunos ejemplares en los lugares donde el número de lobos es abundante. Hasta que no le han devorado a su Dolly, no se ha apercibido de la tragedia de los ganaderos. Más de 40.000 ejemplares de ganado en Europa son masacrados por los excelentísimos señores lobos. En España, los ataques de los lobos al ganado son constantes en el norte de Castilla, la Montaña de Santander, Asturias y Galicia. Pero la ministra Ribera no tiene ponis, y la ruina de los ganaderos del norte y del centro de España –llegaron hace años a Segovia, Ávila, y las sierras de Madrid– a la ministra le importa un bledo. Nadie le pide la extinción del lobo, sino la contención en el avance de su número de ejemplares. El lobo es un animal fantástico y una riqueza de nuestra fauna silvestre. Pero de seguir la ministra despeinada –y un poco zumbada– en su cargo, el lobo puede terminar con la paciencia de los ganaderos. Sucede que Von del Leyen es una tonta que ha sufrido en su poni el ataque de los lobos, es decir, una tonta arrepentida, y la Ribera que no ha padecido ataque alguno a pesar de su aspecto, es una tonta empecinada.

Ya se han avistado lobos en Sierra Morena. Son intocables. Pero la ministra de los Lobos, aconsejada por imbéciles ecologistas de salón que no conocen otro campo que el Parque del Retiro, no admiten ni toleran extracciones necesarias e imprescindibles para mantener el equilibrio natural. El día que un lobo confunda a un ternero con un niño, la ministra tendrá su merecido premio. Sentarse en el banquillo.

Mi más profundo pésame, Ursulilla. Y gracias por tu artículo, don Luis.

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