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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

El partido «ultra», ay, qué vergüenza

Las auténticas formaciones ultras son la que viene de ETA, la que dio un golpe en 2017, la del prófugo, los comunistas y quien implora una alianza con todos ellos

Actualizada 08:58

Lo de cortar eucaliptos y hacer pasta de papel para imprimir noticias está de capa caída. Hasta han cerrado numerosos quioscos. Pero aun así, los que trabajamos durante décadas en la prensa escrita le seguimos echando un ojo, casi nostálgico. En su noticia de apertura de portada, sobre la marcha de Espinosa, el periódico que respalda a Sánchez escribe: «En diciembre de 2023, el presidente del partido ultra, Santiago Abascal, es uno de los pocos miembros del equipo fundador que sigue al frente de la fundación ultra». El entusiasmo por cumplir con la consigna monclovita es tal que llegan al extremo de repetir dos veces en la misma frase el adjetivo «ultra» para referirse a Vox. Lo mismo hacen todas las televisiones del sistema «progresista», incluida la cadena pública. Han llenado las pantallas de rótulos de «ultra» cada vez que se refieren a Vox.

Al leer el texto de esa prensa ultraentusiasta con las consignas del PSOE se me escapó una sonrisa irónica. Pero pensándolo, lo de llamarle «ultra» a Vox es una vergüenza. Y más viniendo de quienes están encantados con que el PSOE gobierne con el partido de ETA, con el del golpe del 2017 y con los comunistas (amén de que ahora mismo adulan desesperados a un prófugo que sueña hasta el delirio con romper España).

Vamos con un poco de «Política para Dummies», que diría uno de esos libros de portada amarilla que venden en los aeropuertos:

-Un partido que defiende la unidad de España, la Constitución del 78, el valor de la historia y cultura españolas, el control de la inmigración irregular (frente traficantes de personas que provocan tragedias como los 41 muertos de ayer en Lampedusa), la lucha frontal contra el separatismo, el rechazo al comunismo (la ideología más mortífera de la historia) y la valía de la tradición y principios cristianos… NO ES UN PARTIDO ULTRA. Puede ser acusado de utilizar mañas de márketing de ramalazo populista, pero no es un partido ultra.

-Vox es un partido conservador de derechas, que ocupa ese espacio tras un corrimiento en nuestro espectro político, que ha convertido al PP en una formación de centro –o incluso de ideario similar al del PSOE de González– y al Partido Socialista Obrero (ex) Español en una marca de izquierda radical, al aliarse con una pléyade de formaciones antisistema y separatistas, de las que depende.

-Vox es un partido que no acepta lo que podíamos llamar «el consenso progresista» y quiere dar la batalla contra ese corpus ideológico. ¿Resulta que ahora en España todo aquel que no es de izquierdas y osa a rebatir esas ideas es un «ultra»? ¿Se ha acabado con el sanchismo la libertad de expresión y pensamiento?

Vamos ahora con ejemplos de lo que SÍ es ser ultra:

-Ultra es no respetar las convenciones de nuestro sistema de derechos y libertades, desvirtuando instituciones como el CIS para someterlo a tu partido; o enchufando a tus amigotes y correligionarios en la Administración y las empresas públicas; o acosando a los jueces y legislando para acogotar su independencia; o manteniendo en su puesto contra todo principio democrático a un ministro del Interior condenado por la Audiencia Nacional por cese ilegal de un alto mando de la Guardia Civil, o a una ministra portavoz multada por hacer propaganda partidista desde una tribuna de todos los españoles.

-Ultra es un partido fundado por una banda terrorista, que jamás ha pedido perdón y que lleva a asesinos en sus listas (Bildu, socio preferente del PSOE). Ultra es un partido que dio un golpe sedicioso en 2017 contra la nación española y su legalidad, por el que su cabecilla fue condenado a 13 años de cárcel (ERC, socio preferente del PSOE). Ultra es el golpista cobarde que se escapa en el maletero de un coche cuando fracasa su intento de declarar la República catalana y que vive como prófugo en Bélgica (Junts, al que necesita con desesperación el PSOE).

-Ultra es el partido neocomunista Podemos, apodado ahora Sumar, que ha propiciado un paquete de ingeniería social contario a la dignidad del ser humano, la realidad biológica y hasta el sentido común; o que ha señalado con una saña propia del madurismo a jueces, periodistas y artistas que han osado discrepar de sus ideas. Ultra es insultar y fomentar el odio contra los empresarios que más empleo crean en España. Ultra es engañar a los españoles manipulando la contabilidad pública para disfrazar el número real de parados. Ultra es una extrema izquierda española convertida en palanganera pánfila de los separatistas.

Y sí: ultra es el dirigente socialista que mintió a los españoles prometiéndoles que jamás gobernaría con los comunistas y que endurecería las medidas contra el separatismo para acabar haciendo todo lo contrario. Ultra es el presidente que nos encerró ilegalmente en la pandemia, restringiendo algo tan básico como poder pisar la calle, y que ha sido condenado por ello dos veces por el Tribunal Constitucional (¡y no dimitió!). Ultra es el gobernante que ha regalado un poder que jamás habían tenido a los peores enemigos de España y a los comunistas, que solo aquí se sientan en un consejo de ministros de un país occidental avanzado (y así ha caído la inversión foránea).

Así que, por favor, dejen de dar la lata con Vox y esperemos que el PP aparque su síndrome de Estocolmo de la izquierda y pase a explicar a los españoles lo que acabábamos de decir, que es bien fácil de entender.

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