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HorizonteRamón Pérez-Maura

Feijóo bien y mal, muy mal

De ninguna manera se puede decir que Núñez Feijóo estuviera dispuesto a rendirse a los encantos de su rival. Su propuesta estaba articulada para acabar con este lustro de pesadilla que ha vivido España

Actualizada 01:30

Alberto Núñez Feijóo tuvo ayer una brillante intervención ante los medios de comunicación en el Congreso. Allí explicó las propuestas que había presentado al máximo dirigente –en funciones– de la nación durante una hora y concluyó, con toda la razón, que «lamentablemente era sabido de antemano que el PSOE no está interesado en una investidura entre partidos constitucionalistas» y que prefiere entregar la gobernabilidad a una minoría de españoles que optan por partidos independentistas y contrarios a la Constitución. Su argumentación fue muy convincente y la de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, diciendo que ahora Feijóo recurre al sanchismo después de decir que quería acabar con él, fue penosa.

Estos sanchistas creen en el valor de la mentira y se atreven a emplearla sin pudor. Claro que Feijóo quiere acabar con el sanchismo. Y el pacto que ofreció al secretario general del PSOE, esos seis puntos, tenían como objetivo finiquitar esta etapa de populismo. Porque, no nos engañemos, Sánchez es el jefe de Gobierno más populista de esta hora en Europa. Aunque esa tesis eso podemos desarrollarla en otro momento. Por eso era lógico que Sánchez rechazara la oferta de Núñez Feijóo. Pero de ninguna manera se puede decir que Núñez Feijóo estuviera dispuesto a rendirse a los encantos de su rival. Su propuesta estaba articulada para acabar con este lustro de pesadilla que ha vivido España.

El problema de Núñez Feijóo en esta hora parece otro muy distinto. Una cosa es presentar un programa de Gobierno que todos tienen que votar y otra muy distinta es sentarte a dialogar con golpistas como los hombres de Puigdemont que, a mayor agravio para su partido, perpetraron su golpe de Estado con Mariano Rajoy en la Moncloa. Esta estrategia de Feijóo de hablar con todos menos con EH Bildu es absolutamente incomprensible para mí y creo que un inmenso error. Obviamente, no por excluir a Bildu, sino por incluir en sus conversaciones a partidos de prófugos y condenados por golpistas que ahora son interlocutores beneficiados de unos indultos que el PP ha denunciado con toda justificación.

Le doy vueltas a cuál es la estrategia detrás de querer sentarse con Junts y sinceramente no lo entiendo. ¿Hay alguna posibilidad de que ese partido dé sus votos a Feijóo sin que se le hagan concesiones que violan la Constitución y que jamás podría aceptar el imprescindible aliado del PP, Vox? No. ¿Debilitaría este diálogo a Puigdemont y su equipo? No. Lo legitimaría. Al final, este diálogo del PP con Junts está justificando el del PSOE con ese mismo partido. Y lo que va a conseguir es que las Brigadas Internacionales Mediáticas justifiquen las concesiones del sanchismo a Junts y ERC diciendo que también el PP quería negociar con ellos.

Sé bien que soy un zote. Y es por ello, sin duda, que no puedo entender esta iniciativa de Núñez Feijóo.

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