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HorizonteRamón Pérez-Maura

Por qué renunció Meritxell Batet

Pocos socialistas han demostrado una lealtad más propia de perrito faldero a Sánchez. Desde la primera hora

Actualizada 01:30

Vivimos tiempos interesantes en la izquierda española. Quizá debería matizar mis palabras porque ya no estoy muy seguro de que haya algo a lo que podamos llamar LA izquierda. Más bien deberíamos hablar de LAS izquierdas. Pero sigue habiendo un núcleo abundante de izquierdas entorno al presidente del Gobierno. Unas izquierdas que, aunque discrepen de sus posiciones, todavía le han votado masivamente como han confesado críticos de tanto calado como Felipe González o Alfonso Guerra.

Ya hemos dicho aquí en el pasado que el sanchismo, sus fieles más ciegos, harían bien en estudiar casos como el de Luis Rubiales, un hombre sostenido por el sanchismo y al que de la noche a la mañana se defenestró –en sentido casi literal– porque su compañía ya no era conveniente. Y se hizo por unos supuestos abusos sexuales a los que la agredida respondió al agresor dándole sendas palmadas en las caderas. El abuso sexual más raro de la historia. Pero de lo que quiero discutir no es de eso. Es de cómo deja Sánchez caer a sus más fieles. Rubiales pasó de ganar un campeonato del mundo a ser papel higiénico en horas 24.

Pensaba en esto en los últimos días cuando escribía sobre Patxi López, el socialista que siempre encuentra un árbol al que abrazarse para seguir en el machito sin tener una idea propia. Veremos si vivimos lo suficiente como para contemplar la derrota de Sánchez y cómo es el primero en abrazarse al siguiente que ocupe la secretaría general. Porque López tiene una capacidad infinita para comprar adeptos.

Un amable lector me recordaba ayer que, en 2012, cuando López presidía la Comunidad Autónoma Vasca y era evidente que iba a perder las elecciones inminentes, aprobó una ley que está publicada en el BOE número 144, de 16 de junio de 2012 y firmada por el lehendakari Francisco Javier López Álvarez:

«Artículo único.

»1.- Tendrán derecho a una pensión vitalicia las personas siguientes:

»a) El lehendakari y los consejeros que formaron parte del Gobierno Vasco desde octubre de 1936 hasta el 15 de diciembre de 1979.

»b) Los lehendakaris y los consejeros del extinto Consejo General Vasco.

»c) Los lehendakaris de los Gobiernos de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

»d) Las viudas o viudos, huérfanas y huérfanos, padres y madres de las personas citadas en los apartados anteriores.»

El artículo único continúa después especificando las cuantías de las pensiones y cómo éstas complementan a otras pensiones que se pudiera estar cobrando ya.

Hace bien en ser tan prevenido Patxi, porque sabe que, con Sánchez, estás muerto de un día para otro. Y si no, que se lo pregunten a Meritxell Batet. Pocos socialistas han demostrado una lealtad más propia de perrito faldero a Sánchez. Desde la primera hora. Una fuente de la mayor confianza me ha informado y otra me ha confirmado que la salida de Batet se ha debido a que ERC le exigió a Sánchez su cabeza para empezar a negociar con el PSOE, y como esto no es socialismo, es sanchismo, pues todo debe tener como objetivo la continuidad de Sánchez en su despacho, Batet fue despachada de un día para otro. Y hasta ella se sintió ofendida y ha renunciado a su escaño. Entre otras cosas, porque sus posiciones políticas tan próximas a las de ERC le han servido al PSOE para hacer perder a los independentistas la mitad de sus escaños. Y Batet era la cabeza de lista. Pero por eso, cuanto más se te ve la cabeza, más fácil es decapitarte. Lo único importante es que Sánchez siga en la Moncloa.

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