Cinco años largos viviendo una estafa
Tres noticias que acreditan en un solo día lo que de verdad pasa cuando se apuesta por las malas políticas de la pamplina dogmática
Las ruedas de prensa posteriores a las reuniones del Consejo de Ministros nacieron con un sencillo propósito: informar de los acuerdos tomados por el Gobierno, y punto. Pero tras el paso de la apisonadora de Sánchez se han convertido en otra cosa: un mitin político de los ministros, con llamativos carteles de propaganda a sus espaldas.
El CIS nació como un organismo estatal que tomaba el pulso sociológico a España. Hoy es otra cosa: un centro presidido por un apparatchick socialista que publica encuestas trucadas que pagamos todos con el fin de ayudar al PSOE.
Televisión Española fue fundada como un lugar de encuentro de todos los españoles y un medio de promoción de nuestra lengua, cultura e historia. Una plataforma que unía a un país, que aspiraba a divertirlo y también a educarlo. Hoy es un instrumento de propaganda del Gobierno, con niveles de partidismo tan zafios que convierten en un juego de chiquillos los de los gobiernos del PP. En el magazine matinal de la hincha socialista Silvia Intxaurrondo plantaron ayer un rótulo que decía literalmente «La gran Mentira de Feijóo». En los Goya, una reportera hooligan pasada de rosca le hizo la rosca a Sánchez a grito pelado. Ya no se molestan en disimular. No hace falta. Manipulación en vena y sin anestesia.
Vivimos bajo el aliento de un cañón de propaganda orwelliana y a veces cuesta distinguir la realidad de la ficción. Por eso resulta revelador reparar en tres noticias que hoy cuenta este periódico, que pueden parecer rutinarias, pero que en realidad muestran que vivimos en una auténtica estafa:
- Estafa 1: El Gobierno que va de feminista en realidad perjudica a las mujeres. España cae con Sánchez al puesto 27 en el ránking mundial de bienestar de las mujeres, elaborado por la prestigiosa Universidad de Georgetown. Cuando Rajoy dejó el poder, España ocupaba el quinto puesto. Traducción: tras pulirse 2.000 millones en políticas «de género», tras dar la murga hasta el hartazgo, tras dejar que un grupo de frikis dirigiese un delirante Ministerio de Igualdad, el resultado real es que el Gobierno superfeminista ha hecho más daño que bien a las mujeres.
- Estafa 2: El famoso «escudo social» en realidad castiga a los trabajadores a los que dice proteger. Desde que llegó Sánchez al poder, sus subidas del SMI han provocado la pérdida de 321.000 empleos. Las decisiones se toman por apriorismos dogmáticos, sin pensar en sus repercusiones en una economía real de libre mercado. Una vez más, el socialismo no funciona. Uno de cada cinco contratos firmados en enero duró menos de una semana. Es decir, Yolanda Díaz está trucando las encuestas con trucos semánticos.
- Estafa 3: La inmersión lingüística en realidad empeora el rendimiento de los alumnos. Se acaba de saber que los estudiantes vascos que se formaron solo en ese idioma obtienen peores resultados en Primaria que los que también estudiaron en español. ¡Oh sorpresa!: resulta que obligar a los niños a estudiar en un idioma que luego no hablan en sus vidas reales no funciona.
En resumen: tres mitos del sanchismo derribados de un plumazo por los hechos. Y hay más: nuestro poder adquisitivo en relación a la media europea ha caído con el Gobierno de socialistas y comunistas, la pobreza infantil ha aumentado, los resultados en los informes Pisa han empeorado, la deuda sube como un cohete... Esa es la vida real que tenemos, que en nada se parece al alegre koljos colectivista que nos venden desde las teles al rojo vivo. Llevamos ya cinco años largos viviendo en una estafa. Medio en broma y medio en serio, a veces pienso que si nos gobernase Bernie Madoff no lograría engañarnos mucho más que el providencial líder «progresista, ecologista y feminista». ¡Espabilemos!