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HorizonteRamón Pérez-Maura

Los «Viernes Negros» de TVE

Llevamos dos presidentes de RTVE seguidas que no han sido sometidas a ratificación por el Congreso. Y ahora se admite abiertamente que se ficha a Broncano por razones ideológicas. Y eso no amerita ni una protesta. Porque a las dos semanas de llegar Sánchez a Moncloa, su entonces ministra portavoz, Isabel Celáa, ya anunció que los Viernes Negros se habían acabado

Actualizada 01:30

Yo no sé si 28 millones de euros por dos temporadas de televisión es mucho dinero o poco. Sencillamente porque no sabemos gran cosa del programa ni de los costes de producción que pueda tener. Si me dicen que el programa se va a realizar desde el Palacio de Windsor y que va a traer a los Rolling Stones a tocar y van a entrevistar a Robert De Niro pues a lo mejor hasta me parece que 14 millones de euros por temporada es muy poco dinero, francamente barato.

A día de hoy, el escándalo no puede ser el dinero porque todavía no sabemos qué es lo que van a dar a cambio de esa cifra. El escándalo son las condiciones del contrato. No existe ninguna otra televisión en el mundo que compita en las grandes ligas de su ámbito de difusión que firme contratos con una cláusula que especifica que el programa se mantendrá en antena en el llamado prime time sea cual sea el índice de audiencia. Esto es inverosímil. Es como si a mí me dicen que, aunque no tenga ni un lector voy a mantener esta columna indefinidamente y me van a pagar mi sueldo, aunque no realice ninguna de las tareas que tengo encomendadas en el periódico. Y ojo, en la prensa digital, a diferencia la prensa impresa, sabemos exactamente cuántos lectores tiene cada autor en cada uno de sus artículos o informaciones. Hasta con más rigor que en las cadenas de televisión.

Pero lo más grande del contrato es que si, durante un año aquello es una catástrofe y no alcanza unas cifras de audiencia mínimas, sólo después de doce meses, el programa será relegado a lo que se llama late night, la programación de madrugada. Eso sí, cobrando exactamente la misma cantidad.

En este contexto me han venido a la cabeza aquellos llamados Viernes Negros de TVE. Doce viernes de protestas seguidos. Empezó cuando el PSOE presentó un proyecto de ley para la reforma de RTVE y Ciudadanos le dio su apoyo. Se planteaba que el Consejo de Administración debía ser elegido por un comité de expertos y el presidente de la corporación por 2/3 del Congreso de los Diputados, aunque se debatió si no debería ser sólo por 3/5. La ley no avanzaba y fue entonces cuando empezaron las protestas de los trabajadores, vaya usted a saber incitadas por quién. Una vez que ya habían empezado, el llamado Comité de Informativos, la cheka que hacía y hace el control ideológico en Televisión Española, transformó aquello en una protesta contra la supuesta manipulación de los informativos y ordenó a los periodistas de esos programas aparecer en pantalla los viernes vestidos de negro.

Yo siempre pensé que era verdaderamente increíble que periodistas como Ana Blanco, Lorenzo Milá, Pilar García Muñiz, Mara Torres y tantos otros tuvieran el valor de decir que la información que ellos transmitían estaba manipulada o tergiversada. Si eso hubiese sido así, lo que tenían que haber hecho era negarse a presentar los informativos. Pero en un ejemplo perfecto de justicia poética, cuando Sánchez cambió la dirección de los informativos, éstos pasaron de encabezar los índices de audiencia a ser superados por todos sus principales rivales. Conclusión: los españoles somos idiotas y preferíamos una televisión que nos mintiese.

En este momento la plantilla de TVE vive acallada por miedo a algunos sindicatos y al Comité de Informativos. Cada vez se despilfarra más dinero para la gente de fuera mientras la plantilla fija de la casa languidece, sin oportunidades. Y escatimando dietas o jornadas de rodaje, mientras tipos como Broncano o Silvia Intxaurrondo se llevan un pastizal que podría hacer un fijo de la casa a cambio de un poco de cariño y solo su sueldo.

Uno se pregunta dónde están hoy esos Viernes Negros. Llevamos dos presidentes de RTVE seguidas que no han sido sometidas a ratificación por el Congreso. Y ahora se admite abiertamente que se ficha a Broncano por razones ideológicas. Y eso no amerita ni una mínima protesta. Porque a las dos semanas de llegar Sánchez a Moncloa, su entonces ministra portavoz, Isabel Celáa, ya anunció que los Viernes Negros se habían acabado. Porque habían cumplido su función. Con un par.

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