Fundado en 1910
Cosas que pasanAlfonso Ussía

La nómina de Franco

Se sabe que las nóminas del Rey y el desglose de sus haberes están a disposición de todos los españoles. Sería recomendable que también estuvieran libres de secretos y ocultamientos las nóminas de los presidentes del Gobierno, de los ministros, de los representantes de los partidos políticos...

Actualizada 01:30

Hasta en eso que los cursis llaman «transparencia», el franquismo era más transparente que el social-comunismo de ahora. Los españoles ignoramos cuánto perciben, en realidad, a cambio de agrietar a España, nuestros gobernantes actuales. La nómina, estar en nómina, superar los meses de prueba y ser admitido oficialmente en la nómina, se consideraba por los trabajadores en empresas privadas, y sobre todo, entre los aspirantes a acceder al funcionariado, como el respaldo definitivo a la seguridad económica y familiar de los españoles. También existían – como ahora-, los enchufados a largo plazo. –Señor director, ¿Cómo va lo de mi nómina?–; Llevo más de seis años trabajando en la empresa y todavía no estoy admitido oficialmente–; –Lo de su nómina no va bien ni mal, Rodríguez. Sinceramente, no va. Pero no se preocupe. Mientras se mantenga en su cargo el señor presidente, usted percibirá todos los meses el sobre de enchufado con carácter permanente–; –es que me preocupan las noticias que se comentan en la oficina. Que el señor presidente padece de una grave enfermedad–; –Rodríguez, así es. Su enchufe está en manos de Dios–. Y Rodríguez, altamente preocupado, como es de suponer, rompía en llanto.

Nómina

El Debate

Durante el franquismo, la nómina no era un secreto de Estado. Se podía conocer hasta la nómina del Jefe del Estado. Con el sello de la Pagaduría de la Casa Militar de S.E. el Jefe del Estado y Generalísimo se especificaba, sin secretos, lo que don Francisco Franco percibía. “Ministerio del Ejército. Pagaduría Central Militar. Empleo: Generalísimo D. Francisco Franco Bahamonde. Haberes: Sueldo, 5.833 pesetas y 33 céntimos. Trienios. 1083 pesetas y 33 céntimos. Gratificación de Mando: 1.250 pesetas .Gran Cruz San Hermenegildo: 416 pesetas y 66 céntimos. Gran Cruz Laureada de San Fernando: 2.916 pesetas y 66 céntimos. Representación: 4. 166 pesetas y 66 céntimos. Íntegro: 16.226 pesetas y 64 céntimos. Descuentos. Utilidades: 1.912 pesetas con 50 céntimos. Subsidio Familiar. 123 pesetas con 32 céntimos. Líquido Nómina: 14. 190 pesetas con 12 céntimos. Cargos. Timbres Móviles: 1 peseta con 55 céntimos. Huérfanos, 34 pesetas. Benéfica de Oficiales, 225 pesetas con 48 céntimos. Líquido que percibe: 13.929 pesetas con 79 céntimos. Madrid, 4 de junio de 1952. El Capitán Pagador. Rúbrica.

Se trataba de un buen sueldo. Un sueldo alto-medio. En 1952, casi 14.000 pesetas de sueldo no las ganaban todos los españoles. Del mismo modo que sólo había un español que fuera el Jefe del Estado y Generalísmo de los Ejércitos .Otra cosa es la gratuidad de los servicios que dispone cualquier gobernante. Ideas políticas aparte, la nómina del Jefe del Estado se ajustaba a la modestia de las Fuerzas Armadas. Ya he contado que en Comillas conocí a los hijos de los dos militares, después de Franco, más influyentes en aquella España. El capitán general Muñoz-Grandes y el almirante Carrero Blanco. Sus hijos, el teniente general Agustín Muñoz-Grandes Galilea, y el contralmirante Luis Carrero Blanco, vivían exclusivamente de sus sueldos, y posteriormente, de sus menguadas pensiones. Y uno y otro fallecieron después de dedicar a España toda su vida desde la más estricta honestidad.

En 1952, mi padre, que no era franquista, que militaba y colaboraba con la Corona en el exilio representada por Don Juan de Borbón, ganaba muchísimo más dinero que el Jefe del Estado.

Se sabe que las nóminas del Rey y el desglose de sus haberes están a disposición de todos los españoles. Sería recomendable que también estuvieran libres de secretos y ocultamientos las nóminas de los presidentes del Gobierno, de los ministros, de los representantes de los partidos políticos, de los presidentes autonómicos, de los altos cargos nacionales y regionales, de los periodistas comprados y de los comentaristas adquiridos a cambio de sustanciosas cantidades… y de los parientes más cercanos.

Por eso de la transparencia, quiero decir.

comentarios

Más de Alfonso Ussía

  • Ascensores

  • No le hacían ni caso

  • Alejo

  • La ensanchadora

  • aussia
  • El día que fui Juan Benet

  • tracking