Cartas al director
El presidente señor Trola
Durante el mandato de Pedro Sánchez se ha homologado la mentira gubernamental como una práctica aceptable, y eso supone la podredumbre de la democracia para sus votantes. Todos los políticos manipulan la realidad y juegan con medias verdades. Pero Sánchez ha ido más allá. Es el primer presidente desde la Transición que miente sin inmutarse y de manera permanente las 24 horas del día y todos los días.
Mintió cuando dijo que no buscaría el poder con el apoyo de los golpistas antiespañoles, y que jamás se asociaría con Bildu-ETA, que tantos «socialistas han a asesinado». Mintió cuando dijo que no gobernaría con los comunistas para que no le quitaran el sueño, en Europa no tienen ningún poder. Mintió sobre sus estudios y tesis doctorales, con amenazas de querellas que jamás llegaron. Mintió en sus promesas electorales, cuando proclamó que endurecería la legislación contra los separatistas (hoy está en lo contrario, quitar leyes del Código Penal) que favorece a los golpistas.
Y ha mentido a mansalva en la crisis de la covid, empezando por la compra de material sanitario adecuado para los profesionales de la sanidad, ni mascarillas, ni guantes, ni batas, ni respiradores, firmaron contratos por valor de cientos de millones de euros, totalmente fallidos. Mentía en sus sermones domingueros con los datos de los expertos que no existían. Se comprometió él y su vicepresidente Iglesias a proteger las residencias de ancianos y no solo no las protegió sino que no permitió que nadie lo hiciera para que se murieran todos. No les pareció suficiente los 34.316 fallecidos sin ninguna asistencia.
Ha continuado permanentemente ocultando la cifra real de fallecidos. Sigue mintiendo en las ayudas económicas con gran propaganda que nunca han llegado. Este trolero no está centrado en gobernar este país, vive en otro. Posiblemente en Senegal que carece de justicia independiente, para que no les juzguen de sus corrupciones y tropelías.
El refranero popular español es fuente de sabiduría. Dice el marrano: dame más, dice el amo: ya verás. La justicia para que no me juzgue. Ya veras, es cuestión de tiempo…