La otra crisis: oposiciones internas

La Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Comunidad Valenciana ha convocado un procedimiento selectivo extraordinario de estabilización para el ingreso, mediante concurso de méritos, al cuerpo de maestros y de profesores. Y es que un buen número de docentes interinos, desde tiempos pretéritos, han sido incapaces de aprobar los exámenes de una oposición y obtener así una plaza definitiva de funcionario. Las causas de esa imposibilidad opositora son variadas: la falta de tiempo para estudiar, el cansancio vital propio de una edad avanzada, la ilusión, la necesidad o la intriga de cambiar de centro escolar cada año…

La oferta de plazas de este procedimiento selectivo es, en apariencia, espectacular: nada más y nada menos que 7.555 interinos pasarán a ser funcionarios de carrera por el simple hecho de llevar toda una vida dedicados a la práctica docente «itinerante». Lo que desconocen muchos docentes interinos, y también todos esos otros que aspiran a serlo, es que este procedimiento selectivo podría convertirse en ordinario y ofertar cada año 400 nuevas plazas aquí en Valencia y otras 4.600 en el resto de España. Y eso sin contar con todas las plazas que se van generando cada curso gracias a las jubilaciones de los docentes funcionarios.

El cálculo es bien sencillo y la solución es apta solamente para políticos aguerridos. Supongamos que cada docente atiende a veinte discentes. Si cada año se suman 400 nuevos funcionarios aquí en Valencia, éstos atenderían a unos 8.000 discentes. ¿Y de dónde sacamos a ese número de nuevos alumnos un año tras otro? ¡Pues de la derogación de la ley del aborto! Y es que ocho mil son el número de abortos que se practican en la Comunidad Valenciana cada año…