Cartas al director
Ya está bien
Estamos hasta los bajos de la amnistía como si fuera un supositorio. Pedro Sánchez se había malacostumbrado a que siempre le dieran la razón, que no es lo mismo que tenerla. Hasta que se ha encontrado con Puigdemont que es un trilero como él. Y ahora por si le faltara algo tiene la corrupción en su partido hasta las orejas de los abalorios y muchos más. Pedro Sánchez se ha topado con un compañero traidor y un fugitivo depredador. Y la cosa se está poniendo pesadita.
España a estos dos ya les da igual. Ahora están en el acoso y derribo a ver quién gana. Son dos inmorales frente a frente, uno de ellos es un cobarde delincuente que tiene sus esbirros batiéndose en el Congreso. Y el otro necesita al delincuente para conservar la cama de palacio. Uno necesita al otro para obtener la indulgencia y el perdón de los delitos cometidos por él y su banda. Y rearmarse para volver a la casilla de salida sin asumir ninguna consecuencia. Sobre todo, jurídica. Y exigir la económica, que se debe pagar a escote.
La relación de los dos no es de enfrentamiento, los dos sacan provecho de la vida en común, pagada y costeada por todos, porque ambos no se debilitan económicamente. Al revés, Puigdemont el fugitivo una vez que se ha escapado, no le importa ir liándola cada día un poco más, hasta que consiga la victoria con siete votos. Ya que tiene comprobado que a Pedro Sánchez le tiene maniatado con el siete. Por su obsesión por el poder sin votos, y por mucho que fragüe un muro con todos los enemigos de España. El prófugo le exige que page el supositorio integral con lo que no es suyo, y que apruebe la ley del perdón para que se convierta en un bochorno escandaloso del socialismo, sin ley.
Sánchez ya no tiene porvenir, se está acercando al banquillo, por no respetar las leyes de la democracia, ni él, ni sus colaboradores que se corrompen por mucho que intente poner un muro con todos los enemigos de España…