«¡Raza de víboras!»

Con esta expresión, se refería Juan el Bautista (víctima de un crimen familiar) a aquellos que se creían la Justicia, cuando, en realidad, estaban podridos por dentro y solo sobre podredumbre se sostenía su falsa estampa.

Pedro Sánchez nos ha demostrado, tras sus simbólicos 5 días (5 puntas tiene el pentáculo, uno de los símbolos de la masonería, así como Cinco Días es el nombre de la línea económica de El País), su complejo de dictador, apoyado sobre 5 patas: manía persecutoria, creerse sobre la ley que ésta es para él, que él mismo se cree la democracia, que tiene complejo de mesías político (algo así como «el renovador») y que cree que la sociedad tiene que movilizarse por él.

A propósito de la masonería, era Cristina Martín quien nos contaba que el comunismo nació en las logias masonas de Rusia. Teniendo en cuenta que el socialismo es el comunismo por otros medios, su lado femenino (el de la Bestia), no hay que razonar mucho para emparentarlo con aquellas 5 puntas. Lo que ya tiene que decidir el lector es si esa parte de la sociedad que representa el Mal hoy es o no raza de víboras.