El último presidente de Cataluña

Se habla, desde el PP, que la independencia económica que significará la singularidad fiscal o cupo catalán, llevará a la independencia política tras un referéndum. Sinceramente, estoy convencido de que el PP no se acaba de enterar de lo que está ocurriendo en Cataluña, porque ya es independiente de facto, aunque no de ex iure. Cuando no se respeta las instituciones y los símbolos de la nación española, ese territorio ha dejado de ser una comunidad autónoma. El reconocimiento de la nación catalana, aunque derogado formalmente por una sentencia del Tribunal Constitucional, fue el inicio del camino a la secesión pactada por Zapatero hace ya varias décadas.

O dicho de otro modo, el cambio del sistema fiscal no es más que lo único que restaba en una hoja de ruta solo truncada por la precipitación de Artur Más, y su ambición desmedida. Desgraciadamente el error de Zapatero, culminado por su sucesor Sánchez, y del socialismo español, han sido los causantes de la irreversible demolición de la Unidad del Estado español y de la ficción de que todavía vivimos en una nación, única e indivisible, tal como utópicamente aún se recoge en el Artículo 2 de la Constitución. Lo único que resta es ponerle precio y ya queda poco en hacerlo cumplir.