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Cartas al director

Os echaremos de menos, Papa

Se nos ha ido el Papa Francisco. Uno más de entre la buena gente; un tipo cercano que merecía. Estarán contentos los Netanyahu, Putin, Trump y demás alimañas, a quienes Vos reprochasteis en no pocas ocasiones sus respectivas vocaciones de joder el mundo. Vos quisiste ser el Papa transformador y se nos ha quedado en un gesto amable, porque la Iglesia Vaticana es un pedazo de tronco intransformable. Con tanta, tanta falta que nos hace. Tuvo la oportunidad el intelectual y teólogo Papa Benedicto, porque la Iglesia no necesita un gesto, sino un cambio constitucional, permítaseme la expresión. Un profundo cambio de calado teológico, que adecúe la de los primeros cristianos al mundo de hoy. Menos misterios insondables, y menos continuidad a entramados que quizá quedaban justificados antaño, a la hora de hacer llegar el mensaje a desgraciados ignorantes. También a los analfabetos de hoy en otros continentes que carecen del desarrollo occidental. Hay que explicárselo fácil y bajito, pero desde la verdad y el respeto.

La Iglesia tiene un enorme sentido. Nuestra civilización está asentada en sus mismas raíces. Es aliento para muchos de quienes carecen de él. Es luz de la vida y sentido de lo indescifrable. Es impulso para el luchar y consuelo entre los desgraciados. Pero no desde la rutina de ayer, en los tiempos que corren, a contenidos disfrazados, absurdos e incluso grotescos. Si la Iglesia es la comunión de fieles, se impone su adaptación a los fieles del siglo XXI. Una adaptación, con matices a cada feligresía. Mil gracias Papa Francisco, aún y todo. Vos lo intentasteis. Vos nos dejastes tristes en su inmensa bondad. Quedamos huérfanos de su orientación. Aún atrona el silencio en las calles de Zamora. Qué será ahora de nosotros.

Enrique López de Turiso

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