Los españoles
No perdamos más tiempo y sin necesidad de recurrir a sistemas tremendos como antaño, obliguemos todos los españoles de a pie, otra vez, a que entren en razón nuestros representantes y aparten sus banderías por el bien de España
Después de analizar los últimos acontecimientos, relacionados con la reciente y no tan reciente historia de España, así como con las enseñanzas en materia educativa que se están imponiendo o intentando imponer a nuestros jóvenes y no tan jóvenes, ciudadanos de nuestra querida España, voy a tratar de aclarar, sin ánimo de polemizar, pero si de recordar quienes somos y de donde venimos, para que la cordura y el sentido común vuelvan a imperar en nuestra juventud y se sientan herederos de la verdadera grandeza de España.
Hay varias cosas que cambiar lo antes posible, porque no responden a la verdad; no es que sean opinables para unos u otros, no, es que no son simplemente verdad.
El primer disparate, impulsado en principio por el señor Rodríguez Zapatero, es la llamada hoy en día memoria histórica, que está tratando por todos los medios deformar y ocultar una verdad incontrovertible como fue la victoria de las fuerzas nacionales frente al comunismo, que permitió remitir el desastre absoluto de una segunda república que ya empezó mintiendo y que siguió destrozando España en todos los aspectos fundamentales, hasta que los españoles de a pie dijeron basta.
En segundo lugar, es la educación en la escuela pública que, hoy más que nunca, está en una situación peligrosa en zonas de España como las Provincias Vascongadas y Cataluña, donde desde hace más de treinta años y con el consentimiento de gobiernos centrales complacientes, se viene enseñando una historia de España totalmente falsa, inventada hasta límites increíbles y con el principio de que repitiendo algo muchas veces, a la larga, parecerá verdad.
En tercer lugar, el hacer oídos sordos al ataque inmisericorde que se está haciendo desde gobiernos populistas de América a la conquista española en el continente. Además, y porque les interesa guardar un profundo silencio, también se ponen de lado los descendientes de los sajones, que intervinieron en el desarrollo de América.
Como se ve, por esta pequeña exposición, el trabajo que tenemos por delante los españoles para recuperar la cordura y reconocer otra vez, todos unidos, la grandeza de nuestra historia, es un trabajo muy duro y continuado, pues son ya muchos años de permisividad y de pensar: «Eso no va a pasarnos a nosotros», pues resulta que sí va a pasarnos a nosotros si no tomamos medidas para impedirlo.
Todo lo que he expuesto es claro que es contrario a la verdad y va creando una gran frustración en la población que, por ahora, ve indiferente cómo se está desarrollando, no sólo a nivel español, sino a nivel internacional, el poner en tela de juicio todo lo referente a la grandeza de nuestra patria, que como dijo Felipe II y antes en la corte de Carlos V: «En el Imperio Español; nunca se pone el Sol».
Ahora bien, personalmente, no puedo creer que en la situación tan crítica que estamos viviendo, donde no sólo está pasando lo expuesto más arriba, sino que cada vez va tomando más cuerpo el independentismo y no sólo en las Provincias Vascongadas y Cataluña, sino que planea sobre España, la federalización de un «Estado» en el que habría varias naciones como Cataluña, País Vasco, Galicia, España, Andalucía, etc., y para lo cual, lo primero que se planea hacer es acabar con el Régimen del 75 y por ende la Constitución y la monarquía, para dar paso esta vez a una República de Repúblicas.
La pregunta es: ¿estamos los españoles de hoy dispuestos a tirar por la borda la España de casi 2.000 años, su grandeza y que siempre resurgió en los momentos más críticos de su historia? Creo, sinceramente, que ha llegado el momento de acabar de una vez con esta vergüenza que nos está invadiendo.
No perdamos más tiempo y sin necesidad de recurrir a sistemas tremendos como antaño, obliguemos todos los españoles de a pie, otra vez, a que entren en razón nuestros representantes y aparten sus banderías por el bien de España. Así, volveremos a ser una referencia en el concierto internacional.
- José Fernando Martín Cinto es licenciado en Ciencias Físicas