Solemnidad Virgen de la Almudena
Vuelve la Virgen de la Almudena, la Esperanza de Madrid, a recorrer sus calles dos años después
Cerca de 3.300 personas abarrotaron la explanada de la Almudena en la solemnidad de la patrona de todos los madrileños. «María es una Maestra que nos enseña a abrir siempre caminos de esperanza», señalaba durante su homilía Carlos Osoro, arzobispo de Madrid
Este 9 de noviembre la Virgen de la Almudena, a hombros de los anderos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno «El Pobre», vuelve a pasear por la calle Bailén, por el Palacio Real, alrededor de la plaza de Oriente. Este 9 de noviembre de 2021, segundo año de la pandemia, vuelve la Esperanza de Madrid.
Con este lema, la archidiócesis de la capital española ha querido animar a los feligreses y vecinos de la Villa a acompañar a su patrona durante su procesión, hecho que no pudo ocurrir el año pasado a causa del covid-19.
Cerca de 3.300 personas y casi un centenar de medios acreditados, recogieron las palabras del cardenal y arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que ha reiterado la importancia de ser como María, «poniendo a Dios siempre en el centro de nuestra vida y de la historia».
«La luz al final de la oscuridad»
Antes de la celebración eucarística, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, renovó el tradicional Voto de la Villa, agradeciendo a la Virgen María que «no nos soltasteis la mano durante la dura prueba» del coronavirus y rogándole que ayude a «relanzar la ciudad hacia un futuro de unidad, de prosperidad y de justicia social».
«Hoy me toca renovar este voto que mis predecesores han realizado desde 1646 y quisiera llamar la atención sobre aquellas dos pequeñas velas que os rodeaban aquel primer 9 de noviembre y lo que simbolizan: la aparición de la luz al final de la oscuridad de la prueba», señalaba el Alcalde.
Atentos a estas palabras, han estado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; la presidenta de la Asamblea de Madrid, Eugenia Carballedo; la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González; representantes de todas las formaciones tanto en el Pleno Municipal como en la cámara autonómica; miembros del cuerpo diplomático, y militares.
«María prestó la vida entera para dar rostro a Dios»
Rodeado de sus obispos auxiliares, vicarios episcopales y el cabildo de la catedral, Osoro comenzaba su homilía de esta manera: «El hecho de celebrar esta Misa aquí, en esta explanada, y tener después una procesión en su honor es una alegría. Implica que hemos dejado atrás lo peor de la pandemia y, además, es una ocasión para que más madrileños se acerquen a nuestra Madre y descubran a esta mujer tan excepcional que, con una confianza absoluta, prestó la vida entera para dar rostro humano a Dios».
El arzobispo de Madrid ha señalado las dificultades a las que hemos tenido que hacer frente durante el último año y medio: «Nos hemos descubierto frágiles y llenos de miedos; nuestra vulnerabilidad nos ha suscitado dudas y perplejidades, y han salido a relucir las grietas de nuestros estilos de vida y de los modos de organización de nuestras sociedades. Al vernos inmersos en una crisis sanitaria, económica y social, agravada por otros problemas como los ambientales o los alimentarios, ha resonado a la fuerza el recordatorio que hace el Papa en Fratelli tutti de que `nadie se salva solo´ y de que `únicamente es posible salvarse juntos´». Para Osoro, «ha emergido con claridad la necesidad que el ser humano tiene de luz, de vida y de amor, y, de esa forma, vemos la conveniencia de construir una cultura del cuidado».
De nuevo, el cardenal Osoro, ha remarcado la `maestría´ de María, que «nos enseña a afrontar los retos que tenemos por delante y a abrir siempre caminos de esperanza».
«No es lícito que Dios sea retirado»
En este sentido, el purpurado ha dedicado parte de su homilía a glosar a María, que «escucha y acoge la Palabra de Dios». Ella, ha detallado, vive «la comunión con Dios», «vive en la alegría porque Dios nos salva», «vive en la humildad porque sabe que estamos en manos de Dios» y es consciente de que Él hace grandes obras a través de nosotros si ponemos la vida en sus manos». «Santa María nos enseña e invita a poner a Dios en el centro de nuestra vida y de la historia», ha abundado Osoro, antes de plantear si «¿se puede pensar el presente y el futuro de nuestra casa común y de nuestro proyecto común sin Dios?» y alertar de que «se puede creer o no en Dios, pero no es lícito promover que sea retirado de la historia de los hombres».