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El cardenal y arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en El camino del Anillo

El cardenal y arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en 'El camino del Anillo'Fundación Laudato Si´

‘El camino del anillo’, una peregrinación por la sierra donde la Iglesia de Madrid ahonda en la fe de Tolkien

La ruta ‘El camino del anillo’ ofrece una caminata a pie para descubrir el asombro por la naturaleza o los valores de la obra de Tolkien

En la Sierra Norte de Madrid no hay dragones, pero sí grupillos de hobbits entusiasmados que la recorren siguiendo los pasos de Frodo y Sam en El Señor de los Anillos. Se trata de la ruta de senderismo El camino del anillo, un recorrido de 122 kilómetros inspirado en las novelas de J.R.R. Tolkien que vio la luz en plena pandemia. Desde verano de 2020, los participantes caminan compartiendo el sentido del asombro ante la naturaleza y descubriendo los valores universales presentes en la obra del autor inglés.

El camino del anillo depende de la fundación Laudato Si´, perteneciente al arzobispado de Madrid, e integra varias dimensiones: ecología, mística y promoción del turismo de proximidad. «El Espíritu Santo es muy creativo, y genera carismas, iniciativas y frikadas bastante inexplicables, como esta suerte de ejercicios espirituales sui géneris en la naturaleza», celebra uno de los impulsores del proyecto, el profesor de Ingeniería Química y Ambiental en la Universidad Rey Juan Carlos Pablo Martínez de Anguita.

Dividida en siete etapas, la ruta reimagina los pueblos de este rincón de la Comunidad de Madrid como iconos tolkenianos: El Berrueco es la tranquila Hobbiton, El Atazar es el país élfico de Lorien, Torrelaguna es el reino de Gondor. «No es cualquier ruta por la Tierra Media, sino que seguimos el camino emprendido por Frodo y Sam para destruir el Anillo Único en Mordor», explica otro de los padres de El camino del anillo, el profesor de la Universidad CEU San Pablo Ignacio Saavedra.

Él es, también, el responsable de que una treintena de alumnos y docentes de esta universidad estén realizando el camino, al ritmo de una etapa al mes. «El Señor de los Anillos es obra de alguien que fue estudiante y profesor; queremos mostrar al mundo lo mucho que puede dar de sí una universidad bien aprovechada», celebra Saavedra, confiado en que la experiencia llevará a los participantes a implicarse en El camino del anillo como guías u otros roles.

Martinez de Anguita en una de las paradas obligadas de `El camino del anillo´

Pablo Martínez de Anguita y la alcaldesa de El Molar, Yolanda Sanz, en la inauguración del Centro de Interpretación de El Camino del AnilloFundación Laudato Si´

Un viaje inesperado

Como el propio periplo en dirección a los fuegos del Monte del Destino, el recorrido de El camino del anillo hasta ver la luz ha sido largo y tortuoso. Comenzó en 2004, cuando dos agentes de Protección Civil de la Sierra Norte –Gonzalo Fernández y Gemma Álvarez– quedaron fascinados por los paralelismos entre el paisaje donde trabajaban y la Tierra Media filmada por Peter Jackson en su oscarizada triple adaptación de El Señor de los Anillos.

Con ayuda del ingeniero John Bentley, los tres comenzaron a imaginar una «pequeña Tierra Media», un proyecto turístico que podría aportar desarrollo rural a la zona. La idea, no obstante, no llegó a fructificar. Cuando estaban preparados para abandonar el proyecto, les invitaron a contar su experiencia en un congreso sobre Tolkien y su amigo C.S. Lewis que la Universidad CEU San Pablo acogió en febrero de 2014.

¿Y si hiciera mi trabajo de desarrollo y conservación en la Sierra Norte de Madrid, basándome en Tolkien?Pablo Martínez de Anguita - Impulsor de la iniciativa

Lo que iba a ser una amarga reflexión sobre impotencia y sobre el rechazo de las administraciones públicas acabó convertida en semilla. ¿El motivo? Otro supuesto fracaso: «En aquel momento –recuerda Martínez de Anguita– yo había perdido la financiación para mi investigación sobre la conservación de selvas tropicales en Centroamérica, y estaba dedicado a escribir novelas y libros sobre Tolkien», motivo por el cual le invitaron a ese mismo congreso. «Cuando escuché a Gemma y Gonzalo, me dio un brinco el corazón; pensé: ¿y si hiciera mi trabajo de desarrollo y conservación en la Sierra Norte, basado en Tolkien?», añade sonriente.

Martinez de Anguita disfrazado de Gandalf en el periplo de `El camino del anillo´

Martínez de Anguita disfrazado de Gandalf en el periplo de `El camino del anillo´Fundación Laudato Si´

Tras aquel punto de inflexión, el grupo pasó unos cuantos años más repensando el proyecto, que se convirtió en una ruta temática. «Cuando ya teníamos el trazado, intuí que este camino que había nacido como un apoyo al turismo local tenía una dimensión profunda, espiritual», apunta el ingeniero de montes.

Martínez de Anguita puso el proyecto a disposición de la diócesis de Madrid, y esta lo adoptó, creando la Fundación Laudato Si y cediendo casas de sacerdotes en desuso para albergar a los peregrinos. El camino del anillo comenzó a recorrerse en julio de 2020. Desde entonces han pasado por él un centenar de personas, entre grupos parroquiales y turistas amantes de Tolkien, y esperan que muchos más se animen en el futuro.

¿Un reto? Lograr que la serie de El Señor de los Anillos que prepara Amazon se filme, en parte, en la Sierra Norte. El rodaje ya se ha trasladado de Nueva Zelanda a Reino Unido, y españoles como J.A. Bayona están involucrados en el proyecto, por lo que «no es descabellado que vengan», destaca Saavedra.

Peregrinos de esta singular ruta

Peregrinos de esta singular rutaIgnacio Saavedra

La fe católica de Tolkien

«Tolkien era un hombre de fe profunda, evangelizador; en él brilla el catolicismo de la misma manera que pueden brillar la pasión y el cariño en una enfermera que cuida de un enfermo terminal», reflexiona Martínez de Anguita. De esta manera, continúa, «la obra de Tolkien no es una defensa de la fe católica, sino que la respira».

El impulsor de El camino del anillo es un firme creyente en la idea de que la imaginación «es la herramienta más poderosa que tenemos para intuir a Dios», y celebra que a través de la fantasía épica enhebrada por este autor uno puede «entender la metafísica a través del corazón». Algunos ejemplos que Martínez de Anguita extrae de El Señor de los Anillos son el deseo de tener un amigo tan fiel como Sam Gamyi o un maestro como Gandalf. «Mi corazón late, después ya definiremos y vendremos con la teología y la filosofía a poner nombre a las cosas», concluye.

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