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«La situación es dramática»: el vicario apostólico de Arabia del Sur sobre Yemen

La ONU señala que para finales de este año las víctimas de la guerra serán 377.000. El 60% por ciento de ellas no fallecieron por balas o bombas sino por hambre y enfermedades no atendidas

El vicario apostólico para Arabia del Sur, monseñor Paul Hinder, lleva 18 años trabajando en esta tierra llena de contradicciones. Mientras en Dubai abundan los rascacielos, en Yemen lo que abunda es el hambre.

Situación agravada por el interminable conflicto entre los milicianos chiitas sostenidos por Irán y el gobierno central apoyado por Arabia Saudí.  El panorama, en cualquier caso, está lejos de arrojar esperanza para este próximo 2022.  Llevan más de cinco años en guerra y no hay señales de que se acerque a su final.

Francisco se ha pronunciado en repetidas ocasiones sobre la importancia del cese de hostilidadesRome Reports

«Hermanos, pensemos en los niños»

«Es cierto que estamos ante un conflicto un poco olvidado por la opinión pública del mundo. Digamos que con respecto a otros conflictos se ve que interesa menos, aunque la situación es dramática. El pueblo de Yemen espera que se den pasos hacia la paz porque no quieren la guerra. En parte son víctimas de decisiones políticas equivocadas», aseveraba Hinder en conversaciones con Rome Reports.

Concretamente la crisis de Yemen es una de las que Francisco suele lamentar a menudo en las ocasiones especiales.  «Hermanos y hermanas, pensemos en los niños de Yemen», dijo el Santo Padre a comienzos de 2021, cuando días antes, en la anterior Navidad, reclamo a los católicos y a la comunidad internacional «dirigir la mirada» a «los demasiados niños que en todo el mundo, especialmente en Siria, Irak y en Yemen, pagan todavía el alto precio de la guerra». Uno de los temas, indicaba Hinder, con los que suele despachar con Francisco a propósito de Yemen, es el beneficio que se está extrayendo en este tipo de conflictos con la venta y tráfico de armas. 

La ONU señala que para finales de este año las víctimas de la guerra serán 377.000. El 60% por ciento de ellas no fallecieron por balas o bombas sino por hambre y enfermedades que no se pudieron atender por la falta de acceso a medicamentos. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, si no se resuelve el conflicto, en 2030 las víctimas mortales podrían llegar a 1,3 millones de personas.