La Iglesia reclama un uso pacífico de las nuevas tecnologías y de la Inteligencia Artificial
En la sede de la ONU en Ginebra, monseñor Putzer interviene durante una sesión sobre armamento para lanzar la propuesta del Vaticano: que la tecnología militar avance hacia el desarrollo de sistemas útiles para el «bien de toda la familia humana»
Robots soldados entrenados para identificar objetivos a derribar y abrir fuego sin que ningún ser humano maneje la acción. Esto pudiera parece el capítulo de Metalheads en la distópica Black Mirror. Pero no. Hablamos de una realidad en desarrollo que pretende revolucionar el campo militar, yendo mucho más allá de los drones dirigidos por humanos. El acrónimo en inglés que identifica a estos dispositivos, LAWS (Lethal Autonomous Weapon Systems), «leyes» en español, es el contraste paradójico con el que se anuncian estos sistemas, donde la Santa Sede ha tomado cartas en el asunto, señalando la importancia de pensar, reflexionar y hacer virar el rumbo del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito militar hacia tácticas pacíficas.
Las preocupaciones e ideas de la Santa Sede fueron expresadas por monseñor John D. Putzer, encargado de negocios ad interim en la Misión Permanente de Observación de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra y jefe de delegación en la sexta Conferencia de Revisión de la Convención sobre la prohibición o limitación del uso de algunas armas convencionales que puedan considerarse dañinas o con efectos indiscriminados.
La discusión sobre las LAWS fue considerada inadecuada por el representante del Vaticano, quien recordó a las partes convocadas a este encuentro, tanto la voluntad ya declarada por todos de hacer esfuerzos «hacia el desarme general y completo bajo un control internacional riguroso y efectivo», como la necesidad de «continuar la codificación y el desarrollo progresivo de normas de derecho internacional aplicables en los conflictos armados».
LAWS y el control humano
Debido a su fisonomía, los robots-soldados plantean, dijo Putzer durante su alocución, «preocupaciones éticas y legales», enmarcadas, en buena medida, en el desarrollo tecnológico orientado a la guerra. Por lo tanto, desde el punto de vista de la Santa Sede, «es imperativo garantizar una supervisión humana adecuada, significativa y consistente sobre los sistemas de armas», porque «solo los seres humanos pueden ver los resultados de sus acciones y comprender las conexiones entre causa y efecto», mientras que las LAWS, enfatizó, «nunca podrían entender el significado de sus acciones».
En primer lugar, el delegado vaticano pidió que se introduzcan «condiciones suficientes», tal y como recogía Vatican News, para «preservar los principios éticos antes mencionados y asegurar el cumplimiento del derecho internacional humanitario». En segundo lugar, que sea siempre la persona humana quien «guíe la investigación, el desarrollo y el uso de los sistemas de armas, incluso en ausencia de normas legales específicas, como lo implica la cláusula de Martens (la norma según la cual los civiles y los combatientes en un conflicto están protegidos por los derechos vigentes en el momento y lugar en cuestión y por los principios humanitarios dictados por la conciencia pública). En tercer lugar, que un sistema de armas no puede «contradecir lo que la autoridad humana ha prescrito como el objetivo principal o el resultado de su intervención».