Dossier sobre los abusos en la Iglesia alemana
Ratzinger, que ya ha rebatido el informe de Múnich, expresa su cercanía a las víctimas
Acusan a los obispos de la diócesis bávara, incluido el Papa emérito, de no gestionar bien en su día los abusos perpetrados en el seno de la Iglesia
Un nuevo informe sobre la gestión de los abusos en la Iglesia alemana ha puesto el foco en el Papa emérito, Benedicto XVI, al que se acusa de no haber gestionado bien cuatro casos cuando era obispo de Múnich. Un número que asciende a 21 en el caso de su sucesor en el cargo y a otros dos en el caso del actual obispo de la ciudad, el cardenal Reinhard Marx.
A las 1.000 páginas remitidas a la archidiócesis, el Papa emérito ha expresado su «vergüenza» por los casos de abusos sexuales en la Iglesia católica alemana y ha asegurado que en los «próximos días» examinará el informe publicado este jueves por la archidiócesis de Múnich (Alemania), que le acusa de inacción en cuatro ocasiones, al que ya había respondido en un primer momento, durante la fase de elaboración del informe, con un documento de 82 folios donde rebate su responsabilidad.
Ha sido su secretario personal, Georg Gänswein, quien se ha dirigido a los medios de comunicación del Vaticano en los siguientes términos: «Como ya ha reiterado varias veces durante su pontificado», el Santo Padre expresa la «turbación y vergüenza que le producen los abusos sexuales a menores cometidos por clérigos», y manifiesta su «personal cercanía» y su «oración a todas las víctimas con algunas de las cuales se ha encontrado personalmente durante sus viajes Apostólicos».
El informe, que analiza los últimos 74 años de gestión en la diócesis de Múnich, señala un caso especialmente grave. Se trata de un sacerdote con un historial delictivo con menores al que se acogió para un puesto ministerial. El vicario general de la diócesis en aquellos años, Gerhard Gruber, confesó ser el responsable del caso y asumió, en el año 2010, toda la responsabilidad.
La realidad es que Ratzinger fue obispo de Múnich entre los años 1977 y 1982. En esa época, según ha asegurado recientemente el secretario de Benedicto, «no tenía conocimiento de sus antecedentes». De hecho, asegura que «la acusación de que sabía de la historia anterior de ese clérigo en el momento de su admisión en la diócesis es falsa».
Benedicto rebate su responsabilidad
El hecho es que el Papa emérito durante la investigación de esta comisión independiente respondió a las preguntas formuladas por los investigadores en estos últimos cuatro años con un informe de 82 folios en los que rebate su responsabilidad. Llegados a este punto, hay que tener en cuenta que Múnich es una gran archidiócesis alemana, con 1,7 millones de fieles, con una estructura que, en los años 70, no percibía la relevancia canónica y penal de las denuncias sobre abusos.
Al Papa Benedicto XVI le tocó años después asumir la responsabilidad de la Iglesia por la gestión ante grandes causas por abusos en EEUU. Fue él quien insistió en poner por delante a las víctimas que el prestigio de la institución, así como en mantener encuentros con víctimas, habitualmente en privado, en la mayoría de los países que visitaba. Hay que recordar que en sus dos últimos años como pontífice expulsó del sacerdocio a unas 400 personas, implicadas en abusos.
Con anterioridad, en 1988, cuando el cardenal Ratzinger era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, impulsó un cambio legislativo para frenar los abusos. Exigió que los procedimientos, ante casos de gravedad, fueran más rápidos y simplificados. También unificó en el Vaticano la competencia en los procesos por abusos, para evitar que la inexperiencia en tribunales diocesanos perjudicara a las víctimas.
El informe presentado esta mañana en Alemania señala que durante el periodo estudiado, entre 1945 y 2019, hubo al menos 497 víctimas de 261 abusadores relacionados con la Iglesia católica, de los cuales, 173 eran sacerdotes.
Dimisión no aceptada por el Papa
El actual cardenal y arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, presentó en el pasado mes de mayo la dimisión al Papa Francisco, cuando estaban en curso las investigaciones que le acusan de mala praxis. El Papa decidió no aceptarla, por lo que se mantiene al frente de la diócesis y en el consejo de cardenales.
Precisamente esta semana el Papa Francisco ha recordado que no se puede juzgar el pasado, de hace más de 50 años, con los mismos criterios de hoy. La percepción del drama y la gravedad de los abusos sexuales no tiene socialmente la misma aceptación que en aquella época.
De cualquier forma, una vez publicado este informe en Alemania, el portavoz del Vaticano ha asegurado que examinarán los detalles, al tiempo que reitera la «vergüenza» de la institución ante los abusos y el «dolor» y «remordimientos» por los mismos.