El Papa viaja a Malta, la isla salpicada por la corrupción política y bajo la sombra de un crimen de Estado

Un veterinario de Malta me contó cómo tuvo que intervenir para salvar de urgencia a un perro envenenado. Era una advertencia para la dueña, una periodista local que investigaba la corrupción del Gobierno y a quien ya habían envenenado otros dos perros con anterioridad. Este veterinario logró sacar adelante al animal con un lavado de estómago. Meses después, cuando preguntó a un colega por la salud del perro, ya no tenía problemas de estómago. Lo habían cortado en pedazos, como un paso más en la advertencia mafiosa. Un año después, la periodista y propietaria de los perros, Daphné Caruana Galizia, seguía siendo incómoda para el poder; no se amedrentó. El 16 de octubre de 2017 un bomba bajo el coche acabó con su vida.

Cuando las investigaciones policiales descubrieron al mandante del crimen, el empresario del gas Yorgen Fenech, se produjo un terremoto político. Este personaje, al que capturaron huyendo de la isla en un yate, era un buen amigo del primer ministro –al que había retratado en sus artículos Caruana Galizia–, y mantenía un estrecho contacto con su jefe de gabinete. El resultado fue que el primer ministro, Joseph Muscat, junto a varios ministros, se vieron forzados a dimitir en noviembre de 2019.

Las investigaciones probaron que el Gobierno de Muscat había creado las condiciones favorables para el crimen, aunque nunca se demostró una implicación directa. El palacio de Castilla, donde históricamente se alojaban los caballeros de la Orden de Malta procedentes del Reino de España, es hoy día la sede del primer ministro. La sospecha de que entre esas paredes se gestara la eliminación de la periodista, entre otros delitos, no se borrará en años.

Nuevo Gobierno, mismo partido

Desde enero de 2020 el país lo lidera un compañero de partido de Muscat llamado Robert Abela, que ha marcado distancias con su predecesor. Muy probablemente será él quien reciba al Papa el próximo 2 de abril en La Valeta, capital del país. También pertenece al Partido Laborista, formación que, pese a todos los escándalos, se mantiene líder en las encuestas para las próximas elecciones, convocadas una semana antes de la visita del Papa.

¿Cómo es posible que en este clima de corrupción el mismo partido vaya a gobernar de nuevo? La respuesta está en el bienestar económico y en la oposición. En Malta no ha habido solo una pareja Ayuso-Casado apuñalándose en público, sino varias en esta legislatura. El conservador Partido Nacionalista lleva tres líderes distintos en los últimos cinco años, lastrado por numerosos conflictos internos.

El bienestar en Malta tiene mucha relación con un desarrollo inmobiliario sin freno últimos años. Junto al Turismo, la construcción sigue siendo un pilar que genera riqueza y ofrece puestos de trabajo, en ocasiones en negro, a inmigrantes de África. Mientras tanto, en uno de los países con más densidad por habitante de Europa, se siguen construyendo torres y nuevos hoteles. El nivel de paro está en un 3,7 %, a años luz de los datos de España.

Migrantes y Laudato si´ para Malta

Es muy probable que la cuestión del crecimiento desmedido y su repercusión en el entorno tenga espacio en los discursos del Papa Francisco en su próxima visita. La isla sufre un constante deterioro del medio ambiente, por culpa de ese afán desmedido de crecimiento y desarrollo, que apenas ha sufrido las crisis que han padecido España y otros países europeos.

La visita del Papa a las catacumbas de san Pablo, en Rabat, le permitirá insistir en la acogida de los inmigrantes. Hay que recordar que el Apóstol de las Gentes sufrió un naufragio en estas islas y fue acogido, junto a sus compañeros de nave, por los habitantes locales. Malta es uno de los territorios más cercanos a África y constituye un corredor ideal para quienes quieren viajar a Italia o Centroeuropa.

La realidad es que el Gobierno mantiene una política dura, de rechazo a la inmigración, pero con guante de seda, sin manifestarlo públicamente en Europa. La pandemia ha servido para rechazar a la mayoría de los barcos que buscan asilo o derivarlos hacia otras islas de Italia. Amnistía Internacional ha acusado al país de emplear tácticas ilegales para negar asilo a quienes huyen de África.

La relevancia de Malta, un país de apenas 500.000 habitantes, en el Vaticano es notable. El máximo exponente del país es el cardenal Mario Grech, ex obispo de Gozo, nombrado en 2020 secretario general del Sínodo de Obispos. Otra de las grandes figuras es el aún arzobispo de Malta, Charles Scicluna, quien como secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha sido clave para gestionar la crisis de abusos en la Iglesia. Ambos gozan de una gran confianza por parte del Papa Francisco.