Congreso Iglesia y sociedad democrática
Cardenal Osoro: «La Iglesia quiere reconquistar pero tampoco ser relegada a una oscura sacristía»
La Fundación Pablo VI, en colaboración con la Conferencia Episcopal Española, ha organizado durante los días 9 y 10 un congreso que busca poner en diálogo a la Iglesia con la democracia actual
«Reflexionen sobre el papel de la Iglesia en la sociedad y su diálogo con la política, la economía, la sociedad civil, la ciencia y la cultura, con el propósito de colaborar en la construcción de una sociedad más humana, donde el dinamismo de la paz y la justicia sirva de catalizador en la búsqueda del bien común».
Con estas palabras, el Papa Francisco, a través del nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, se ha dirigido a la organización y asistentes de la segunda edición del congreso organizado por la Fundación Pablo VI Iglesia y Sociedad democrática.
Un espacio donde políticos, artistas, economistas, académicos, sindicalistas y la Iglesia, a través del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Omella; del vicepresidente de la CEE, Carlos Osoro, y de sus secretario general, Luis Argüello, esperan poder abordar, en un espacio de encuentro entre perspectivas distintas, los retos más acuciantes de la sociedad actual bajo el título El mundo que viene.
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Jesús Avezuela: «La Iglesia no puede vivir de espaldas al régimen democrático, sería estar fuera del siglo»
«El combate contra la injusticia»
«No podemos mirar con nostalgia al pasado. Necesitamos palancas de cambio, líderes, estrategias sostenibles, impulsar el encuentro y generar conocimiento para este tiempo de transformaciones, de un futuro difuso repleto de incertidumbres». Con estas palabras, el director de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, ha arropado a los asistentes del Congreso y a las autoridades presentes marcando una hoja de ruta que ya dijo el Papa Montini: «La iglesia debe ir al dialogo con el mundo que le toca vivir».
Acto seguido, Bernardito Aúza, ha leído el documento dirigido al obispo de Getafe y presidente de la Fundación Pablo VI, Ginés Beltrán, donde el Papa Francisco traslada su aliento para el éxito de este Congreso que tiene la difícil tarea de poner sobre la mesa los pasos a seguir y desde dónde hacerlo ante las complejas circunstancias que están aconteciendo.
Inmediatamente después, el cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, ha recordado que estamos ante «el final de una época» y que en esta coyuntura la Iglesia debe ocupar un papel que «no aspira a una especie de reconquista, pero tampoco puede quedar recluida en una oscura sacristía». Osoro, en relación a la complicada situación que se está viviendo en Ucrania, ha subrayado que «el pacífico combate contra la injusticia» pone en el mismo bando a la Iglesia y a esa sociedad democrática tan plural que no debe olvidarse de lo que la institución católica puede aportar al mundo de hoy.
Tras los saludos, palabras de acogida y expectativas por parte de las autoridades eclesiásticas respecto a este Congreso, se ha querido rendir un sentido homenaje a las víctimas de la COVID-19 y a todas las personas que han puesto en valor el cuidado y la humanización de la asistencia. José Carlos Bermejo y Cristina Muñoz, director general y responsable de calidad del Centro San Camilo de Tres Cantos han compartido con el auditorio una oración en voz alta acompañada por un cuartero de cuerda: «Gracias, Padre bueno, por aquellos que aplican la radicalidad del cuidado hasta dar la vida».
Los sanitarios han pedido que, ahora que parece que la pandemia va quedando atrás, es tiempo de poner en práctica lo aprendido y «humanizar el mundo de la asistencia» consiguiendo que los médicos «escuchen como buenos sacerdotes, razonen como buenos científicos, actúen como héroes y hablen como personas normales».