Caso Becciu: el exsupervisor financiero del Vaticano defiende su gestión ante la Justicia
La Fiscalía le acusa de malversación, abuso de funciones y violación del secreto de oficio. Este miércoles 27 ha defendido su gestión en la operación de compraventa irregular de un lujoso edificio
Tommaso di Ruzza, uno de los nueve imputados en el caso Becciu por la compraventa irregular de un lujoso edificio en Londres en 2014 y supuestas irregularidades financieras y antiguo director de la Autoridad de Supervisión Financiera del Vaticano (AIF), ha defendido su gestión en un interrogatorio en los tribunales vaticanos que ha durado más de cuatro horas.
«La AIF actuó correctamente, dentro de los límites de su mandato, y con respeto a las prerrogativas del IOR», ha declarado en la decimotercera audiencia de este proceso judicial. Di Ruzza ha declarado ante los jueces de la Santa Sede en defensa de su actuación al frente del órgano de vigilancia de las operaciones financieras vaticanas. «Siempre he actuado exclusivamente en interés de la Santa Sede, de acuerdo con el mandato que se me dio y dentro de los límites de la información disponible», ha afirmado.
El exdirector de la AIF es el cuarto acusado que se sienta al banquillo y responde a las preguntas de la fiscalía y la defensa. El quinto será Enrico Crasso, cuya audiencia fue pospuesta por la petición de nulidad de su abogado, Luigi Panella, por no haber tenido acceso a toda la documentación incautada.
No es la primera vez que la defensa solicita la anulación del juicio. Varios de los abogados implicados en el caso –incluido el de Becciu, Fabio Viglione–, habían denunciado que no habían podido visionar las grabaciones en vídeo del interrogatorio de Alberto Perlasca, principal informante en este caso, que reconstruyó ante los fiscales la trama para ayudar a la investigación.
El juicio continuará el próximo 5 de mayo, día en que tendrá lugar el interrogatorio al cardenal Becciu. Cabe recordar que el Papa Francisco eximio al purpurado del secreto pontificio para que pueda aclarar el rol de otras de las acusadas, Cecilia Marogna, quien fura asesora diplomática de la Santa Sede. Este es la obligación de guardar silencio sobre temas relativos al gobierno del Vaticano, en el que Becciu se escudó la última vez que fue llamado ante el juez para no declarar sobre la contratación de Marogna.