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Los misioneros se juegan la vida por llevar el Evangelio a los confines del mundoCathopic

Obras Misionales Pontificias

Los misioneros: un siglo al servicio de la Iglesia en los lugares más inhóspitos

La Santa Sede cuenta con las Obras de Misionales Pontificias, que cumplen cien años de vida, para mantener vivo el espíritu misionero de los católicos, y sostener a la Iglesia en más de 1.100 territorios

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) cumplen este miércoles 3 de mayo, 100 años de existencia al servicio del Papa y de la misión. Por este motivo, los misioneros españoles se han unido a la celebración para poner en valor la labor de sus fundadores y la importancia de esta institución pontificia sobre la evangelización en el mundo. OMP España ha querido hacer homenaje a sus cuatro fundadores a través del vídeo: A hombros de gigantes.

Una joven laica francesa, Paulina Jaricot, revolucionó la misión de la Iglesia al implicar a todos los bautizados católicos con su oración y su donativo. Empezó para ello con las obreras de la fábrica de su padre, formando grupos que rezaban y aportaban sus donativos para poder así continuar la misión.

Ilustración del centenario de la OMPOMP

Mantener vivo el espíritu

Estos hechos ocurridos hace 200 años son considerados el nacimiento de la Obra de Propagación de la Fe, germen del Domund e inspiración para el resto de las obras misionales. Estas comenzaron a formarse poco después, aplicando el mismo esquema para diferentes dimensiones de la evangelización: Infancia Misionera, cuyo fundador fue monseñor Charles de Forbin-Janson, para sostener el trabajo misionero con niños, y San Pedro Apóstol, cuya fundadora fue Juana Bigard, para sostener las vocaciones nativas.

También un 3 de mayo, pero en 1922, el Papa Pío XI asumió estas tres Obras Misionales como suyas y les dio el carácter de Pontificias, en el motu proprio Romanorum Pontificum. Es así como las obras, que ya contaban con la aprobación, el aplauso y la iniciativa de la Santa Sede, se convertían oficialmente en una institución propia de esta, en el cauce y medio propuesto a todas las comunidades de creyentes para participar en la empresa misionera. De este modo, cumpliendo con el centenario, la Santa Sede cuenta con las Obras de Misionales Pontificias para mantener vivo el espíritu misionero de los católicos, y sostener a la Iglesia en los lugares de misión –que ya son 1.117 territorios– especialmente a través de jornadas misioneras tan importantes como las ya mencionadas: Domund, Infancia Misionera y Vocaciones Nativas.

La labor de la misión «aquí y ahora»

Los misioneros españoles han decidido celebrar este siglo de vida de las OMP con un video homenajeando a los que según han explicado la institución, «siguen inspirando y sosteniendo, aquí y ahora, el trabajo misionero en todo el mundo».

Además, en el video algunos misioneros explican lo que supone para ellos formar parte de la entidad. Como Encarnita Cámara, misionera colombiana en Uganda, para quien las OMP son « la seguridad de que está sostenida por la Iglesia en sus misiones. Esto me da mucho ánimo y fuerza para seguir adelante», ha explicado la misionera que, según ha apuntado, lleva 37 años en el país africano.

Rosario Martínez, religiosa de María Inmaculada de misiones en Burkina Faso, ha apuntado que la institución es «una ventana abierta al mundo y a la realidad de la misión universal de Cristo y de la Iglesia». Según ha indicado, cada año la campaña de OMP recuerda que los problemas de cada uno «no son los únicos» y que «la Misión es común y universal».

«El principal y más fiel de nuestros colaboradores han sido las Obras Misionales Pontificias con el apoyo del Domund, Infancia Misionera y Vocaciones Nativas. Sin la ayuda anual de las OMP no podríamos llegar ni a la mitad de lo que hacemos», ha apuntado, por su parte, Juan José Aguirre, misionero comboniano en África.

Andrés Díaz de Rábago, sacerdote jesuita de 105 años y misionero en Taiwán, ha reconocido que «la España misionera de hoy no sería lo mismo sin Obras Misionales Pontificias. Antes la misión era una cosa individualista, ahora es una cosa masiva, pero en conjunto. No solo una casita aquí y una casita allí. Son todas las misiones juntas haciendo una labor única».