Más de 800.000 ucranianos han recibido la ayuda de Cáritas desde el estallido de la guerra
Cáritas Española, por su parte, ha movilizado una partida de casi cuatro millones de euros para atender la emergencia humanitaria provocada por la invasión rusa y prevé tres millones más
La Iglesia no deja a nadie atrás. Ese ha sido el lema una y mil veces repetido desde Cáritas desde el estallido de la guerra de Ucrania. Es por ello que desde la invasión a fuego y espada del ejército rusa, la institución católica ha destinado 3,8 millones de euros a satisfacer las necesidades más elementales de la población.
El servicio prioritario, cuentan desde Cáritas, es el alojamiento de corta estancia, comida, acceso a las medicinas, recuperación de las viviendas, información sobre rutas de evacuación segura, y atención psicológica para sobrellevar de forma adecuada el estrés provocado por el desplazamiento forzoso.
Otra de las realidades a la que se ha visto abocada a atender es a todas aquellas personas que quedaron atrapadas en lugares de conflicto, sin posibilidad de huir a ninguna parte. En el oeste del país, señalan desde Cáritas, se ha abierto un pequeño centro donde se acogerá a perfiles en situación crítica por un periodo de tiempo más dilatado (hasta seis meses). «Es necesario destacar el esfuerzo que se está haciendo para detectar los casos más vulnerables como es el caso de las madres a cargo de familia numerosa, mayores, mayores a cargo de nietos, con el fin de acompañarlos de la mejor manera», explica Carmen Gómez de Barreda, responsable de la campaña Cáritas con Ucrania.
Ayuda urgente para la mitad del país
Desde que empezó el conflicto, Cáritas Ucrania ha atendido dentro del país a más de 706.000 personas, la mayoría (64%) son mujeres. Sus más de 60 centros se han visto obligados a cambiar por completo su estrategia caritativa y asistencial para poder prestar apoyo a los desplazados internos que huyen de los bombardeos.
«Cáritas trabaja en red con el gobierno local y el resto de organizaciones, coordinando la ayuda para que ésta sea lo más extensa y sostenida en el tiempo posible. En esta nueva intervención, se modificará el contenido de la cesta básica, dando una respuesta más amplia a la población», señala Gómez de Barreda.
El conflicto en Ucrania está teniendo consecuencias nefastas para la población. En los 70 días que dura el conflicto, alrededor de 10,5 millones (la cuarta parte de la población) está en situación de movilidad humana forzosa, tanto desplazados internos como refugiados. Se estima que 24 millones de personas dentro de Ucrania (la mitad de la población) necesitan ayuda humanitaria urgente.
«Las oficinas de Cáritas continúan atendiendo a la población necesitada, teniendo en cuenta los actuales riesgos. Pese a todas las dificultades existentes, se sigue haciendo un esfuerzo por trabajar en el Este del país, donde han quedado personas atrapadas y sin posibilidad de huir. Se estima que en los próximos meses la prioridad va a ser hacer llegar ayuda humanitaria a estas zonas, objetivo prioritario de ataques», puntualiza Gómez de Barreda.
«Antes, ahora y después»
Desde el inicio del conflicto, el pasado 24 de febrero, Cáritas Española ha movilizado 3,8 millones de euros gracias a la solidaridad de medio millar de empresas y de más de 20.000 donantes particulares. Una semana después del inicio de la crisis, comprometió a Cáritas Ucrania una primera partida de 100.000 euros para atender las necesidades básicas de las personas vulnerables durante sus desplazamientos. A mediados de marzo, aprobó una asignación de otros 400.000 euros para programas de emergencia en Moldavia y Polonia ante la masiva huida de la población a esos países vecinos. En Rumanía, se ha aprobado una asignación de 300.000 euros.
Cáritas Española además está en Ucrania desde el año 2010 a través de diversos proyectos de acción social. «Cáritas estaba en Ucrania antes, está ahora y cuando se acabe el conflicto y la atención mediática seguirá allí. Los fondos que consigamos recaudar se invertirán en esa carrera de fondo que corre Cáritas porque la reconstrucción del país requerirá mucho tiempo y esfuerzo», explica Gómez de Barreda.