Quien realmente se llamaba María Toribia, nació en Madrid y procedía de un hogar humilde y piadoso. Su esposo fue Isidro Labrador, con el que compartía un matrimonio cristiano en donde la santidad y el trabajo eran las virtudes principales. Sus ocupaciones eran arreglar la casa, limpiarla, hacer la comida…pero no destacaba por sus tareas sino por la humildad, la paciencia, la devoción y la austeridad que hacían de ella una mujer rica a los ojos de Dios.