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Manifestantes contra la celebración de la JMJ y la llegada del Papa Benedicto XVI a Madrid en 2011

Manifestantes banalizan al Papa y la vida religiosa durante la JMJ de Madrid en 2011EFE

Cinco claves para resistir como católico a la cultura de la cancelación

La persecución a los cristianos en Occidente, la cancelación de la libertad religiosa o los riesgos de profesar la fe son realidades a enfrentar

Unos peregrinos, de rodillas, rezando mientras el activista Shangay Lily, con la bandera del orgullo gay en la mano, los increpa. Unas religiosas siendo insultadas a su paso por la Puerta del Sol. Peinetas a los rosarios. Quemas de imágenes del Papa Benedicto XVI o de la JMJ de Madrid de 2011. Concejalas asaltando capillas, humoristas de primer nivel de mundanidad abajando la teología. Comisiones parlamentarias para alimentar a los que quieren rebautizar como tontos de capirote.

Los católicos en España han vivido, viven y vivirán situaciones de humillación y escarnio público. Nada nuevo bajo el sol, pues ya estaba escrito. Desde la Asociación Católica de Propagandistas han publicado el Manual para comprender y resistir a la cultura de la cancelación, una obra, dirigida por Jorge Soley, que busca romper con los esquemas por los que se ha regido el denominado por las ideologías imperantes como «buen ciudadano».

1. Observa, piensa, actúa

En sus primeros capítulos, Soley se ocupa de arrojar un vistazo general a los criterios de la cancelación actual. «Vivimos tiempos en los que el pasmo se convierte en rutina. Nos desayunamos con noticias que no hace mucho eran consideradas inverosímiles, política-ficción del peor gusto que habría arruinado la carrera del más reputado guionista».

En un mundo donde se cancelan «cuentas de Twitter por afirmar que la hierba es verde» o «profesores expedientados por enseñar que el sexo está determinado por un par de cromosomas» son asuntos a los que profesionales de sectores como el legal, social, económico, cultural o académico tienen que enfrentar a diario.

Ante esto: observar, pensar y actuar en consecuencia, buscando guías acreditadas a lo largo de toda una historia de recorrido, con sus aciertos y tropiezos, por parte de la humanidad para saber cribar la verdad entre tanta mentira.

2. Valentía ante el caldo `woke´

«Necesitamos pues valientes que quiebren el consenso de mentiras sobre el que se asienta la cultura woke, que con sus gestos den pie a una dinámica de verdad liberadora», apunta Soley. Para ello, no mentir. Asumir que no se pueden aceptar sin más los preceptos que rompen con toda una tradición vertebrada en el sentido común, saber que es necesario arrojarse a los debates con el que piensa diferente con argumentos y una perspectiva dialógica, son pautas clave para ir desmigando la cultura de la cancelación.

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3. Recuperar la vida virtuosa

Decía Chesterton en Ortodoxia que «el mundo moderno está lleno de viejas virtudes cristianas que se volvieron locas». Siguiendo las tesis girardianas, Soley insta a cambiar «un enloquecido culto a quienes designamos en la categoría de `víctima´», cuando ni su contexto ni circunstancias, salvo las quimeras que lleva por dentro y que eleva al máximo exponente, le dan tal estatus en una sociedad que ha llevado a la discriminación positiva en su protección.

Para esto, ante los tildados por Soley como «ofendiditos», es necesario responder con coherencia, posicionar al sujeto en su entorno, hacerle ver que no se puede sacar, por mucho que le alaben, la particularidad para elevar un juicio universal de conmigo o contra mí.

La vida virtuosa, el ejercicio de la prudencia y la templanza; junto a la fortaleza y la justicia, son bases sólidas desde las que responder a la cancelación desde una actitud caritativa.

4. Al reduccionismo, ni agua

A los postulados relativistas, reduccionistas, nihilistas o de mercadeo de valores según conveniencia, hay que responder desde ámbitos que denoten control de la materia, saber estar, aplomo y pocas dosis de visceralidad; discutir sin elevar el tono para hacerse ver o imponer el propio criterio.

Los artificios trileros para seguir en el trincherismo ideológico, en la batalla cultural con sacos de ideas desde las que parapetarse, funciona si la artillería empleada es capaz de ver al Otro en el otro. Si esa mecánica no funciona, ¿cuál es la reivindicación y resultado que se extrae sino la de posicionamientos enconados llamados al despellejamiento mutuo? ¿Dónde está el amor al prójimo y el reconocimiento de la paternidad de un Dios que vela igual por los que están con Él o contra Él?

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Activista de Femen detenida por la Policía NacionalEFE

5. Ojito con las pseudorreligiones

Otra de pautas que marca Soley en Manual para comprender y resistir a la cultura de la cancelación es la de los riesgos a los que nos someten los nuevos diosecillos camuflados entre los distintos bloques y esquemas ideológicos y económicos imperantes. «La ideología woke toma pues la forma de una pseudorreligión política que contempla la aridez de, por ejemplo, la abstrusa teoría de la deconstrucción (con sus falsas ínfulas científicas), con el fervor sectario del iluminado».

Lo woke, al contrario del cristianismo, «desconoce el perdón». Por ello, ¿qué mejor vía de acción que el ejercicio con aquel que, objetivamente, se muestra errado?

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