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Cómo rezar el rosario paso a paso: cinco claves para hacerlo correctamente

En el mes de mayo, que los católicos dedican a la Virgen María, reflexionamos sobre el rezo de la oración que lleva siglos encandilando a santos y papas

San Pío de Pietrelcina deseaba que los días tuvieran 48 horas para poder rezar en cada uno el doble de rosarios, y santa Teresa de Calcuta animaba a los fieles a aferrarse al rosario «como las hojas de hiedra se aferran al árbol». ¿Qué tiene esta sencilla oración mariana para enamorar así a los santos? La respuesta la ofrece otra mujer elevada a los altares: «Con el Rosario –decía santa Teresita del Niño Jesús– se puede alcanzar todo».

Yendo a lo esencial, el Santo Rosario es una oración católica en la que se contemplan 20 misterios de la vida de Jesucristo y la Virgen María, desde la Anunciación hasta la Resurrección. En cada uno de estos misterios se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria. A menudo, la oración se acompaña de una sarta de bolitas que ayuda a llevar la cuenta y que también recibe el nombre de «rosario».

Desde que se popularizó en torno al siglo XIII, la devoción al rosario no ha dejado de aumentar entre los católicos. Varios papas han promovido esta práctica de piedad, íntimamente ligada a la figura de la Virgen María: desde Pío V, que instituyó la fiesta de Nuestra Señora del Rosario el 7 de octubre, tras la batalla de Lepanto, hasta León XIII, que publicó hasta doce encíclicas y cinco cartas apostólicas sobre esta oración, pasando por Francisco.

1) ¿Para qué sirve rezar el rosario?

La Iglesia recoge numerosos beneficios espirituales provenientes de rezar el rosario. «El Señor no niega nada a su madre; de ahí que le pidamos «ruega por nosotros» ante su Hijo», explica Isidro Molina, consiliario de jóvenes de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Tradicionalmente, cada uno de los misterios rezados se acompaña de alguna intención particular, como una petición o un agradecimiento.

El sacerdote apunta también que «el rezo del rosario es arma contra el enemigo y sus tentaciones», y advierte de que «el Maligno existe, y si caemos en su tentación podemos acabar en el infierno». Para Molina, rezar el rosario también ayuda a los cristianos «a cumplir la voluntad del Señor y a ver con claridad allí donde tantas veces hay tiniebla». Recuerda cómo, en el episodio de las bodas de Caná, fue María quien dijo a los sirvientes «haced lo que Él os diga», en referencia a su hijo.

Virgen María

La Virgen María despierta la piedad, a través del rosario, en los católicos del mundo enteroPixabay

2) ¿Qué pensaría la Virgen del rosario?

Molina recuerda las apariciones marianas en Fátima en 1917, cuando tres pastorcitos relataron cómo Nuestra Señora del Rosario se les había aparecido en la Cova da Iria. «En las apariciones, la Virgen lleva un rosario, pero no porque lo rece ella, sino porque invita a rezarlo a los fieles», apunta Molina, trazando una conexión directa entre la voluntad mariana y esta oración.

«En sus apariciones –señala Molina– la Virgen pide rezar para pedir la conversión de los pecadores, un rezo de intercesión». En Lourdes, la vidente Bernadette Soubirous también describía la aparición de la Virgen María como una joven que portaba un largo rosario colgándole del brazo.

3) ¿El rosario es siempre igual?

El rezo del rosario siempre consta de cinco Padrenuestros y 50 Avemarías, un número que se mantiene inmutable, pero sí cambian los misterios que se contemplan cada día. Los 20 misterios que forman el rosario se dividen en grupos de cinco: los Misterios Gloriosos se rezan los domingos y miércoles; los Gozosos, los lunes y sábados, los Dolorosos, el martes y viernes, y los Luminosos, el jueves.

Hasta 2002 solo había 15 misterios, pero fue el Papa Juan Pablo II quien añadió el conjunto de los cinco misterios luminosos en la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, como una manera de contemplar los años de vida pública de Jesucristo. «Cada uno de estos misterios revela el Reino ya presente en la persona misma de Jesús», escribía el Papa.

4) ¿Es el rosario aburrido?

El rosario es un rezo contemplativo, pero muchos ven complicado concentrarse en él por su salmodia monótona. San Josemaría Escrivá de Balaguer respondía así a esta situación en su libro Santo Rosario: «¿Siempre lo mismo? ¿Y no se dicen siempre lo mismo los que se aman…? ¿Acaso no habrá monotonía en tu rosario, porque en lugar de pronunciar palabras como hombre, emites sonidos como animal, estando tu pensamiento muy lejos de Dios?».

El fundador del Opus Dei proponía entonces dedicar atención a ser conscientes de lo que ocurre en cada misterio rezado. Abundaba en ello el sacerdote francés Luis María Grignion de Montfort, quien pedía rezar el rosario con atención, devoción y modestia. Algunas prácticas que pueden ayudar a alcanzar esta disposición son rezar en voz alta, acompañar la oración con imágenes o música, o conectar los misterios con peticiones específicas.

5) ¿El rosario es muy largo?

Otro 'pero' habitual sobre el rezo del rosario es que se trata de una oración muy larga. Frente a ello, el padre Molina recomienda llevar un pequeño rosario en el bolsillo y dividir la oración en partes, para irlas rezando a lo largo del día, misterio a misterio. «Además, esto nos trae a la memoria la vida de Jesucristo, y –cuando lo tocamos– nos hace presentes al Señor y la Virgen en el día a día, en las cosas cotidianas», concluye el sacerdote.

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