Kirill de Moscú y la manipulación de la fe para la guerra: «Si das tu vida por tu patria, estarás con Dios en su reino»
«Recuerda que si das tu vida por tu patria, por tus amigos, estarás con Dios en su reino, en la gloria, en la vida eterna», ha declarado en su última aparición pública ante los fieles de la Iglesia Ortodoxa
El Patriarca Kirill, que no viajó al Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, celebrado en Kazajistán para no encontrarse con el Papa Francisco, sigue alentando al alistamiento de los rusos desde el púlpito, en un claro ejemplo de entrega del discurso religioso a los intereses del Estado «en nombre de Dios».
Si el Papa Francisco dejó absolutamente claro en dicho Congreso con los líderes religiosos y en todas sus alusiones a la invasión de Ucrania que «el extremismo, el radicalismo, el terrorismo y cualquier otra incitación al odio, a la hostilidad, a la violencia y a la guerra no tienen relación alguna con el auténtico espíritu religioso», el Patriarca Kirill no ha dejado de llevar su discurso hacia la polarización más belicista, avivando el coraje de los fieles ortodoxos para ir a la guerra en nombre de Rusia, como un deber con militar con Dios.
Si el Papa Francisco ha declarado insistentemente que «la paz es urgente, porque cualquier conflicto militar o foco de tensión y enfrentamiento, hoy no puede tener más que un nefasto ‘efecto dominó’», el Patriarca moscovita sigue alentando el espíritu de la guerra santa y el deber con la patria, tal y como ha declarado en su última aparición ante los fieles ortodoxos:
«Vayan valientemente a cumplir con su deber militar. Y recuerda que si das tu vida por tu patria, por tus amigos, estarás con Dios en su reino, en la gloria, en la vida eterna».
Mientras tanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha informado a través de la red social Telegram, que el Secretario del Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y el ministro de Exteriores ruso, Serghei Lavrov, se han reunido en privado en la ONU, en un nuevo intento de diálogo que, a juicio del Papa Francisco, es tan necesario para parar la destrucción y la violencia de la guerra.