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El Papa Francisco asiste a la sesión de apertura del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales en Nur-Sultan, Kazajistán

El Papa Francisco asistió a la sesión de apertura del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales en Nur-Sultan, KazajistánGTRES

Las claves del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales en Kazajistán

El rebaño católico crece con rostros orientales que sustituyen a los cabellos rubios de quienes llevaron la fe a aquellas lejanas tierras

Del 13 al 15 de septiembre se desarrolló el VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, con presencia de un centenar de delegaciones de cincuenta países diferentes, cuando en su momento inicial estuvieron 17 delegaciones, en un lejano 2003.

El congreso nació en aquel año a consecuencia de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, y la reunión internacional de representantes religiosos en el segundo encuentro del «Espíritu de Asís» del Papa San Juan Pablo II en 2002. Ambos hechos fueron los elementos nutricios para impulsar la paz mundial y luchar con el terrorismo y el radicalismo. Kazajistán convirtió aquel deseó en uno de los principales ejes de su política internacional.

En esta ocasión, este VII Congreso fue organizado en el gigantesco Palacio de la Independencia, aunque no lejos de la pirámide del Palacio de la Paz y la Concordia, diseñada por el arquitecto Norman Foster.

El evento internacional ha congregado a importantes figuras del mundo religioso, como el Gran Imán de Al Azhar, Ahmed Al Tayyeb; el Metropolitano Antonij de Volokolamsk, jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú; el Gran Rabino Ashkenazi de Israel, David Lau; y el Gran Rabino Sefardí de Israel, Yitzhak Yosef; y el Patriarca Teófilo III de Jerusalén. Aunque el más significativo fuese el Papa Francisco, máxima autoridad de la Iglesia Católica, quien fue recibido por el actual presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart K. Tokayev.

El Papa Francisco, en la reunión de este jueves 15 de septiembre con religiosos y representantes del clero en Kazajistán

El Papa Francisco, en la reunión de este jueves 15 de septiembre con religiosos y representantes del clero en KazajistánEFE

El pontífice respaldó la sana laicidad defendida por el Gobierno, que garantiza la libertad religiosa de sus ciudadanos. Los pasillos del Palacio han sido muy coloridos, cruzándose uno con las inmaculadas chilabas de los saudíes, la kufiya colorada de los jordanos y habitantes del Golfo o los turbantes blancos de los iraníes.

El azafrán de las túnicas budistas, contrastaban con los hábitos negros de los barbudos representantes ortodoxos, rojizas para los eslavos y negras para los griegos. El tarbush rojo de uno de los egipcios se confundía a distancia con el solideo cardenalicio del joven Giorgio Marengo, responsable de la Iglesia católica en Mongolia. Una Torre de Babel en busca de la paz.

Los 19 millones de habitantes de Kazajistán muestran también esa pluralidad. El 70 % de la población es musulmana, debido al aumento de la población kazaja originaria. El 24 % es cristiano ortodoxo, dependiente del Patriarcado de Moscú.

En cuanto a la Iglesia Católica, su origen fue lejano en el siglo XIII, pero se vio impulsado por los centenares de miles de deportados a aquellas latitudes extremas por los sicarios de la URSS. La deportación de alemanes del Volga, lituanos y polacos de los distritos occidentales soviéticos por la NKVD de Stalin llevó la semilla del catolicismo a aquellas asoladas estepas.

En la actualidad los católicos han bajado de 300.000 personas a la mitad, por el retorno a Alemania y Polonia de miles de kazajos de aquella ascendencia, aunque sus huecos se van rellenando por conversos kazajos, procedentes de una sociedad que sale del antiguo ateísmo oficial soviético.

El Papa Francisco reiteró que la Iglesia Católica no se cansa de anunciar la dignidad inviolable de toda persona, creada a imagen de Dios. Los ataques a la persona, la ausencia de paz, eran síntomas de ausencia de amor y ternura. Para el Pontífice, había que subrayar un mayor protagonismo de la mujer, como protagonista de la vida, y también de los jóvenes, porque invocan la paz, el respeto y el cuidado de la obra de la Creación.

Un papel mayor para las mujeres y los jóvenes podían favorecer una respuesta positiva frente al actual contexto de violencia, lucha por dominio de los recursos, la exacerbación de los nacionalismos y la proclamación de zonas de influencia entre las potencias.

En las reformas políticas recién aprobadas en referéndum por la sociedad kazaja, se proyecta una reforma constitucional que incrementa el aperturismo social y amplia la participación de las mujeres y los jóvenes en las nuevas decisiones de la democracia kazaja.

En la Misa celebrada, por la tarde del miércoles, en la gran plaza de la Expo de 2017, bajo el lema «Energía del futuro», se reunió el catolicismo local. Obispos, sacerdotes, seminaristas y fieles de las tres diócesis de Kazajistán (Nur Sultán, Karaganda y Almaty).

Entre los asistentes se encontraban los once sacerdotes de la misión jesuita en Kirguistán, junto a su administrador apostólico, el estadounidense Anthony Corcoran. De Tayikistán, el argentino Pedro Ramiro López, superior de la misión sui iuris del Tayikistán y misionero del IVE (Instituto del Verbo Encarnado) y su grupo.

Pope Francis thanks the audience at the end of a holy mass in the Expo Grounds in Nur-Sultan on September 14, 2022. (Photo by Filippo MONTEFORTE / AFP)

El Papa Francisco, el pasado 14 de septiembreAFP

La representación más colorista fue la mongola, compuesta de mujeres orgullosas de sus dos primeros sacerdotes mongoles, eran sus madres y tías. En una esquina las monjas de la Madre Teresa, muchas africanas, llevan a veteranos de viejas batallas a la Misa del Papa. Las hijas de la Caridad con sus ojos celestes delatan su origen polaco.

Los obispos se encuentran con rostros felices, el polaco Tomasz Peta, titular de la capital, acompañado de su fiel auxiliar, Athanasius Schneider, alemán de origen kirguís, quienes se ven acompañados por el italiano Adelio dell'Oro, de Karaganda, y el español José Luis Mumbiela, de Almaty, y actual presidente de la Conferencia Episcopal del Asia Central.

El rebaño católico crece con rostros orientales que sustituyen a los cabellos rubios de quienes llevaron la Fe a aquellas lejanas tierras. En la señal de la paz, mi mano se encuentra con la de los delegados árabes que voluntariamente han venido a Misa. El congreso empezaba a dar sus frutos.

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