Las sombras de masonería y pactos diabólicos ensombrecen las figuras de los dos candidatos al gobierno brasileño
En Brasil, el diablo entra en campaña y los votantes acusan a Lula y Bolsonaro de satanistas y masones
Antes de la segunda vuelta para dilucidar quién será el presidente de Brasil, los candidatos han sido acusados de satanistas y masones, en una campaña religiosamente polarizada
El diablo parece haber hecho aparición como en una novela de Bulgakov en medio de la carrera por la gobernanza de Brasil para acompañar a los candidatos Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, justo en el momento en que el discurso religioso se ha impuesto en la campaña electoral.
Lula, candidato más votado el pasado domingo en la primera vuelta de las elecciones, ha tenido que desmentir noticias falsas que lo acusan de tener «un pacto con el diablo» y a reiterar que es cristiano y cree en Dios.
«Lula no tiene pacto ni jamás conversó con el diablo», afirma un mensaje publicado en las redes sociales del líder progresista después de que se difundieran noticias falsas en ese sentido, promovidas por grupos favorables a Bolsonaro.
La religión ha entrado en la campaña principalmente debido a Bolsonaro y al fuerte apoyo evangélico de su electorado, por su discurso aparentemente defensor de los valores cristianos.
Bolsonaro también ha acusado varias veces a Lula de pretender clausurar iglesias si recupera el poder, algo que ha sido desmentido en reiteradas ocasiones por parte del expresidente.
Más tarde, Lula hizo un nuevo gesto a los religiosos al recibir en el cuartel general de su campaña a un grupo de padres franciscanos el día de San Francisco de Asís.
Después de recibir la bendición de los frailes, el líder progresista recalcó que no le gusta hacer política con la religión, porque entiende que «la fe es una cosa muy sagrada».
Asimismo, elogia al Papa Francisco, del que ha dicho que tiene «un coraje ejemplar» por pronunciarse sobre «todos los asuntos. Él no tiene miedo de defender a las personas», subraya Lula.
¿Es masón Bolsonaro?
El propio Bolsonaro ha sido centro de un enorme alboroto en las redes sociales con un video de 2018, en el que aparece pronunciando un discurso en un templo masónico.
En el altar en que Bolsonaro habla, se ven imágenes y símbolos propios de la masonería, que los católicos y los evangélicos suelen asociar a Satanás.
Muchos de los que comentaron las imágenes dijeron haber apoyado y votado por Bolsonaro por sus creencias religiosas, pero expresaron su sorpresa con el video, al punto de lanzar la etiqueta «qué decepción» para manifestar su disgusto con el candidato brasileño.
También muchos pusieron en duda el lema «Dios, Patria, Familia» que ha adoptado Bolsonaro para esta campaña, llegando a asegurar que el presidente es en realidad «uno de los falsos mesías» de los que se advierte en la Biblia.
A diferencia de Lula, Bolsonaro no ha comentado todavía el polémico video, difundido horas antes de que el mandatario retome sus actividades de campaña tras la primera vuelta de las elecciones. Lula ganó la primera vuelta de las elecciones el pasado domingo con un 48,4 % de los votos, frente al 43,2 % que obtuvo Bolsonaro. La segunda vuelta tendrá lugar el próximo 30 de octubre, con Dios o con el diablo de su parte.