Primer día de capilla ardiente
65.000 personas se despiden de Benedicto XVI
La afluencia a la Basílica de San Pedro supera todas las expectativas expresadas por las autoridades de la ciudad de Roma en la víspera
A las 19.00 horas de este lunes se cerraban las puertas de la basílica de San Pedro. En el primer día de capilla ardiente del Papa Benedicto XVI, un total de 65.000 personas se habían acercado en este día para dar su último adiós al pontífice emérito, según ha informado la Oficina de Información de la Santa Sede.
El número ha superado todas las expectativas, pues en la víspera la prefectura de Roma y los servicios de seguridad había calculado que éste sería el número global de participantes en el funeral.
A las 14.00 horas, la policía vaticana anunció que 40.000 personas se habían acercado ya ante los restos del Papa, que yacían desde las 9 de esta mañana, ante el altar de la Confesión. Rápidamente se formó una fila de varios cientos de metros en la plaza de San Pedro de Roma.
A esa hora, según hemos podido comprobar con reloj a la mano, un peregrino tardaba unos 40 minutos en hacer la cola hasta poder acercarse al cuerpo de Joseph Ratzinger: veinte minutos en la plaza y veinte minutos ya dentro de la basílica.
El cuerpo del pontífice emérito, que antes se encontraba en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, permanecerá expuesto el martes y el miércoles, y se podrá acceder a la basílica de 7.00 a 19.00 horas.
El funeral de Benedicto XVI tendrá lugar el jueves 5 de enero a las 9.30 horas, durante una misa celebrada en la plaza de San Pedro por el Papa Francisco. No se necesitan entradas para poder participar. Las dos únicas delegaciones oficiales anunciadas por la Santa Sede son las de Italia y Alemania.
«De acuerdo con los deseos del Papa emérito, el funeral será sencillo», ha aclarado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, anunciando que será un «funeral solemne, pero sobrio».
A continuación, el Papa emérito Benedicto XVI será enterrado en las grutas vaticanas, en una capilla en la que había sido enterrado Juan Pablo II durante seis años, tras su funeral (8 de abril de 2005). La tumba se encuentra a unos treinta metros de la que se considera, según la tradición, la tumba de San Pedro.
En ese mismo lugar había estado enterrado Juan XXIII, antes de que fuera trasladado al altar de San Jerónimo de la Basílica vaticana, tras su beatificación en 2001.
La futura tumba de Benedicto XVI está vacía desde 2011: los restos de Juan Pablo II, fueron también trasladados en 2011, con motivo de su beatificación, y ahora reposan bajo el altar de la capilla de San Sebastián, en la nave derecha de la basílica vaticana.