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Javier MileiGTRES

Cristianos, judíos y musulmanes se unen contra los insultos en la política argentina

Las instituciones religiosas reiteran que «no hay país posible sin diálogo» y que no hay diálogo «con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto»

La Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, la Iglesia protestante y la comunidad judía y musulmana, se han unido en un comunicado para llamar al diálogo en la áspera política argentina de los últimos tiempos.

Los firmantes de la declaración son la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA); la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas); el Seminario Rabínico Latinoamericano; el CIRA (Centro Islámico de la República Argentina); la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla; la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía; la Iglesia Apostólica Armenia; la FAIE (Federación Argentina de Iglesias Evangélicas); la ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina); el Consejo de Pastores de la Ciudad de Buenos Aires; el IDI (Instituto de Diálogo interreligioso); el Comipaz (Comité interreligioso por la paz, de la provincia de Córdoba).

Llamada de atención

Con citas del Evangelio, el Corán y el Talmud, el texto advierte a los candidatos presidenciales que «el voto no es solo un acto de elección», sino que también «puede ser un llamado de atención». Por eso, el comunicado considera que «la agenda política debe comenzar por la escucha atenta de la realidad» y que un resultado electoral «es un mensaje profundo que nos convoca a la reflexión y nos compromete con el bien de nuestro pueblo».

No hay país posible sin diálogo

«Como personas religiosas, y como seguramente les ocurre a muchas personas no creyentes de buena voluntad, nos preocupa la falta alarmante de diálogo entre las diferentes corrientes políticas y de éstas con la sociedad, como las PASO han puesto de manifiesto», afirman los responsables de las principales confesiones religiosas del país, en el que subrayan que «no hay un país posible sin diálogo».

Al respecto, las instituciones religiosas reiteran que «no hay país posible sin diálogo» y que tampoco hay diálogo «con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto».

Una patria de hermanos

«Necesitamos imperiosamente del diálogo para la amistad social que haga del encuentro una cultura», afirman, y bajo esta perspectiva, hacen «un firme llamado a toda la dirigencia política, independientemente de sus afinidades partidarias, para que asuman la responsabilidad de presentar propuestas concretas y sustantivas, abiertas a un debate profundo e inteligente y a una colaboración comprometida, para afrontar los desafíos del presente, dejando de lado las estrategias que buscan el conflicto y el enfrentamiento estéril».

Los responsables religiosos se comprometen ellos mismos a fomentar «un diálogo responsable y comprometido», al tiempo que recuerdan que existen «principios innegociables, que sustentan nuestra sociedad y que no pueden ser soslayados: el cuidado de la vida, la preservación de nuestra casa común y la opción preferencial por los más necesitados y desfavorecidos».

«Fieles a nuestras distintas tradiciones y denominaciones religiosas -finaliza el texto-, queremos ser una patria de hermanos. Es nuestro deber con las generaciones presentes: construir hoy un futuro basado en valores solidarios y compartidos, en la incansable búsqueda del bien común».

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