Omella afirma que las cifras extrapoladas por algunos medios sobre los abusos sexuales son mentira
El presidente de la Conferencia Episcopal cree que los números que se están compartiendo «tienen intención de engañar»
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, se ha mostrado tajante al señalar que las cifras extrapoladas por algunos medios acerca de los abusos sexuales por parte de sacerdotes o religiosos a menores son «mentira y tienen intención de engañar».
Lo ha hecho a través de un mensaje en la red social X, en el que también ha reiterado su lamento a los afectados por abusos: «No nos cansaremos de pedir perdón a las víctimas y trabajar por su sanación».
Estas declaraciones se producen al día siguiente de que el Defensor del Pueblo presentara en el Congreso el 'Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos'. En él se estima que el 0,6 % de los españoles mayores de 18 años ha sufrido abusos por sacerdotes o religiosos cuando eran menores de edad. Esto representaría unas 236.000 personas. De las 8.000 personas encuestadas por GAD3 para la realización de este estudio de 777 páginas, el 11,7 % dice haber sido víctima de abusos siendo menor de 18. De ellos, el 3,36 % se cometieron en el ámbito familiar.
Rápidamente partidos políticos como el PSOE y Podemos y medios de comunicación como El País han querido azotar a la Iglesia con estos datos en la mano, dándolos por válidos a pesar de que se trata de una encuesta.
De hecho, instituciones como el Proyecto Repara de la Archidiócesis de Madrid y otras organizaciones que no guardan relación con la Iglesia, como la Fundación ANAR o Save the Children, recogen que la mayoría de los abusos sexuales a menores se dan en el ámbito familiar o en entornos cercanos a ella.
Recuerda el catecismo
Omella ha recordado un fragmento del Catecismo de la Iglesia Católica, según el cual «la Iglesia es a la vez santa y siempre necesitada de purificación... Todos los miembros de la Iglesia, incluso sus ministros, deben reconocerse pecadores».
Y ha transcrito otro fragmento: «En todos, la cizaña del pecado todavía se encuentra mezclada con la buena semilla del Evangelio hasta el fin de los tiempos. La Iglesia congrega a pecadores alcanzados ya por la salvación de Cristo, pero aún en vías de santificación».