Navidad 2023
¿Cuándo hay que poner el árbol de Navidad y el Belén?
Hay diversas tradiciones que hablan sobre cuándo hay que bajar al trastero a por las cajas llenas de figuras y de musgo y el pino. Una de ellas dice que el momento es el día en que da comienzo el Adviento
En la Navidad de 1223, san Francisco de Asís puso el primer pesebre de Navidad. 800 años después, miles de hogares por todo el mundo lo colocan en sus hogares a la espera de la noche del 24 de diciembre, día en que se celebra el nacimiento del hijo de Dios.
Hay diversas tradiciones que hablan sobre cuándo hay que bajar al trastero a por las cajas llenas de figuras y de musgo y el pino. Una de ellas dice que el momento es el día en que da comienzo el Adviento (este año el 3 de diciembre), que es el tiempo de preparación para la Navidad, pero en España es común armarlo una vez pasado el puente de la Inmaculada. También hay quien defiende que si su nombre es árbol de Navidad, debería ponerse una vez acaba el Adviento y comienza el tiempo litúrgico navideño.
Lo que escenifica
En el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, publicado en 2002 por el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina para los Sacramentos no se específica cuándo hay que ponerlo, aunque sí lo que este significa. «Evoca tanto el árbol de la vida, plantado en el jardín del Edén (cfr. Gn 2,9), como el árbol de la cruz, y adquiere así un significado cristológico: Cristo es el verdadero árbol de la vida, nacido de nuestro linaje, de la tierra virgen Santa María, árbol siempre verde, fecundo en frutos», se puede leer en el documento.
Cuenta la tradición que san Bonifacio, evangelizador en Alemania e Inglaterra, fue quien derribó el árbol pagano dedicado a Odín y en ese mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios hacia los hombres y lo adornó con manzanas y velas, que simbolizan las tentaciones, el pecado original, y a Cristo, la luz del mundo.
Poco a poco, esta tradición ha ido expandiéndose y también cambiando: las manzanas se han sustituido por las bolas y la velas por guirnaldas de luces. Las esferas y sus colores simbolizan las oraciones que se hacen durante el tiempo de Adviento. La teoría dice que las azules simbolizan oraciones de arrepentimiento; las plateadas son de agradecimiento; las doradas, de alabanza; y las rojas, de petición. Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe guiar nuestras vidas.
El primer Belén
Poner en casa el Belén se ha convertido en una de las tradiciones que motiva y une a la familia los días previos a la llegada de la Navidad. Los belenes actuales están formados por elementos históricos que muestran la realidad tal cual fue. Alrededor del Belén la familia puede comenzar la cena o la comida de Navidad con una bendición, una oración en la que todos nos sintamos partícipes y que nos recuerde la solemnidad de estas fiestas navideñas.
San Francisco de Asís cuando ideó su pesebre lo hizo como una puesta en escena con personajes vivos de la Natividad del Señor para que el pueblo fiel comprendiera y viviera este misterio. A partir de entonces, los franciscanos difundieron por Italia la representación con figuras de la Navidad como un apoyo a la predicación y la liturgia de esta fecha. A España lo trajo, en el siglo XVIII, Carlos VII de Nápoles, después coronado como Carlos III de España.
De nuevo, el Directorio de la piedad popular no especifica una fecha concreta en la que sea obligatorio colocarlo, pero incide en que su preparación, en la que participan de manera especial los niños, «se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de Jesús».